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💊Promesa💉

-Cualquier falta de ortografía, por favor indiquenmelo :)💜

Capítulo IV

—Wow... —formulo sorprendido el chico.

—¿Qué? —pregunto con mala cara el castaño levantando la vista de su libro.

—Te ves... muy mal... —hizo una mueca.

Saco un quejido.

—Ayer me dormi tarde por investigar unas cosas, y nisiquiera dormi, tuve pesadillas toda la noche. —hablo para después cubrir su boca con su mano para bostezar.

—Pues si se nota Jeon, mucho. —hablo frunciendo los labios y dando pequeños asentimientos—. ¿Por qué no vas por un café antes de ir con Min? Si vas así de adormilado el podría... —hizo un gesto con su mano sobre su cuello, como si lo cortara.

El castaño bostezo de nuevo.

—Si, deberia hacer eso. Adiós. —se despidió dándose la vuelta.

—Que te valla bien. —hablo sonriente mientras movía su mano de un lado a otro en el airé.

Camino dirección a la pequeña sala de descanso que tenían los doctores y enfermeros, en su trayecto miraba a los pacientes.

Le parecía extrañamente asombroso aquellos que tenían las miradas vacías y perdidas en puntos inexistentes. Aparecían pequeñas sonrisas al ver a esos seres que se asustaban por cualquier cosa, y cuando una mujer mayor lo detuvo para preguntarle dónde estaba el baño de damas se sintió curioso por saber su historia y cual fue la causa de que llegara a estar ahí, justo en ese instante.

Al entrar a la sala de descanso se ganó algunas miradas que ignoró por completo, simplemente quería su café y después irse a ver a 1163 para seguir con la historia de su vida.

No había interactuado mucho con los trabajadores, si ellos no lo hacían conversar él nunca hablaba, siempre fue así, los demás tienen que intentar llamar su atención, no al revés; aparte de que era un poco tímido.

Tomo un vaso y después de ponerle una manga lo lleno con el líquido negro de la cafetera. Se sobresaltó cuando sintio una mano tocar su hombro, unas cuantas gotas del liquido caliente calleron en sus dedos y apretó sus labios con fuerza para no chillar del ardor.

—Oh Lo siento, no quería asustarlo. ¿Esta bien? —pregunto apenado aquella voz desconocida.

—Si, estoy bien, no fue nada. —respondió el castaño dándose la vuelta.

Era un mujer, le llegaba al hombro y tenía un lindo y largo cabello castaño, labios gruesos y pomposos. Fruncio un poco el ceño al ver el parecido que tenía con su campañero de apartamento.

—Soy Kim JiSoo, había querido presentarme con usted desde hace una semana, pero es muy escurridizo doctor. —sonrio amable.

—Bueno, un gusto, JiSoo. Soy Jeon Jung-