05-PLEASE

300 33 3
                                    







◞┈┈┈⋆┈┈⊰✩⊱┈┈⋆┈┈┈◟

ᴘᴏʀ ꜰᴀᴠᴏʀ

◝┈┈┈⋆┈┈⊰✩⊱┈┈⋆┈┈┈◜






Axel empujaba la silla de Emi entre las calles de la ciudad. No había podido decir que no a su propuesta, había sido muy repentina y extraña, sentía curiosidad. El día en el que su hermana fue atropellada y él fue a verla a al hospital, descubrió que alguien más había sido ingresado junto a ella. La chica que estaba allí había recibido el mayor impacto, pero la peor parte se la llevaron sus piernas. Los bomberos que le rescataron dijeron que había cubierto a su hermana de la colisión, que aún así la pequeña se había golpeado gravemente la cabeza, y que la chica que se había interpuesto había acabado atrapada bajo el coche.

El delantero de fuego fue a visitar al ángel salvador de su hermana cuando la traspasaron a planta, sin embargo, esta también había acabado en coma. Descubrió su nombre al escuchar hablar a unos médicos. Emi Sharp era, al parecer, un prodigio de la música.

<<Axel miraba dudoso la puerta frente a él. Le habían dicho que la chica que salvó a su hermana se encontraba en el mismo hospital que Julia, y tras una ardua búsqueda, pudo encontrar el número de habitación, pero ahora se preguntaba si era correcto entrar.

—Es una pena que haya acabado así—escuchó a través de la puerta entre abierta.

La mano de Axel quedó suspendida a medio camino del manillar de la puerta, escuchando atento.

—Era una chica de gran talento—habló una voz distinta—. Mi hermano hablaba muy bien de ella, era un prodigio.

—No hables así, tampoco está muerta—rio nerviosa la primera voz—. Podrá salir adelante y tocar algún otro instrumento.

—No lo entiendes—esta voz sonaba más afectada—. Emi Sharp era una con el piano, nadie tocaba como ella. Todos creían que llegaría muy lejos. Para un músico, cambiar de instrumento no es como cambiar de ropa, es algo mucho más personal.

Un silencio abarcó el lugar por unos eternos segundos.

—P-pero ella podrá seguir tocando, ¿no?—preguntó miedoso a la vez que esperanzado—. Es decir, al fin y al cabo, el piano se toca con las manos, ¿no?

Se escuchó una risa melancólica.

—El piano es más que eso—afirmó—. Se necesitan los pies para pisar los pedales, son una parte vital... Y ella no podrá ni caminar cuando despierte, si es que despierta.

Axel dejó de escuchar, las lágrimas casi saliendo de sus ojos. Había arruinado otra vida, todo porque jugaba al fútbol. Se sentía tan culpable>>

Al día siguiente consiguió armar el valor de entrar, con un ramo de rosas blancas de regalo. Al verla tan tranquila, tumbada con los ojos cerrados y su respiración pausada, como si durmiera plácidamente y no estuviera en coma; un nudo se instaló en su estómago. Era igual que con su hermana. Los primeros días no aguantó mucho en la habitación, pero después de un tiempo comenzó a hablar con ella justo como hacía con su hermana.

Hasta que, al llegar un día a la habitación, la encontró vacía. Desesperado comenzó a preguntar, hasta que le dijeron que la chica había despertado y se la habían llevado a casa para su recuperación. Se sintió en parte aliviado, no la vería más, pero al menos había vuelto a su vida. O al menos así intentó consolarse. Sabía que nunca podría volver a su vida, que había perdido algo importante, pero al menos había despertado.

No buscó información, ni investigó como contactar con ella.

Al tirar de su silla, sentía que sus manos sudaban. Ella era un peso muy ligero, se dio cuenta, pero de alguna forma sentía una carga muy pesada. Él había hecho eso, le había hecho eso.

Comenzaron a andar por un puente, a sus oídos llegaron ruidos de balones y gritos, pero antes de que Axel pudiera girarse a mirar, Emi comenzó a hablar.

—Antes del accidente, yo era música, ¿sabes?—el chico asintió, aunque ya sabía esa información. Emi giró su silla para mirarle—. A los 8 años, mi padre me llevó a un concurso de piano, a mirar sólo; éramos una familia importante y nos habían invitado. Era de niños, así podría conocer a gente de mi edad. Al principio, me aburría mucho, pero entonces entró él—sus ojos no le miraban, estaban perdidos en el cielo, pero brillaban con melancolía—. Estaba nervioso, y andaba torpemente, casi tiró la silla—rio—. Entonces, comenzó a tocar. Su música me envolvió, y fue en ese entonces, escuchando a ese patoso niño tocar, que me di cuenta de que quería ser como él.

    >>Hice que mi padre me comprara un piano y contrató a una prestigiosa pianista como profesora. Practiqué día y noche durante años, mi familia estaba algo harta del sonido, pero yo no me rendía. Comencé a concursar, a ganar... Era maravilloso, un sentimiento inexplicable.

Dejó de hablar, y bajó la mirada hacia la de Axel, sus dos orbes chocaron, y su sonrisa se borró.

—Daría lo que fuera por volver a sentir eso—pronunció sin apartar la mirada. Axel desvió la mirada, la culpabilidad carcomiéndole—. Míralos a ellos, creo que sienten lo mismo por el fútbol.

Axel se dio cuenta de donde estaban cuando miró donde ella señalaba. Era el campo de la rivera, donde ella le había visto por primera vez. El equipo del Raimon entrenaba, sudaban y se esforzaban juntos.

—Y se que tú sientes lo mismo—él se giró a mirarla sorprendido por sus palabras— ¿Entonces por qué te lo piensas tanto?

El chico apretó los puños a sus costados. Por mi culpa Julia y tú..., quiso decir el chico; pero los ojos de Emi, desbordantes de seguridad, le retaron a responder.

—Yo no puedo hacer lo que más me gusta, pero nada te lo impide a ti—casi suplicó—. Por favor, no dejes de hacer lo que más te gusta por las ideas en tu cabeza.

Dicho esto comenzó a empujar su silla hacia los chicos en el campo. Axel miró como se iba, mientras el conflicto en su mente y corazón se hacía aún más grande.


 Axel miró como se iba, mientras el conflicto en su mente y corazón se hacía aún más grande

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡ꜱᴛᴏ ꜰᴜᴛʙᴏʟ ᴀʟ ʀᴏᴊᴏ ᴠɪᴠᴏ!

ɴᴇxᴛ ᴛᴏ ʏᴏᴜ ᴬˣᵉˡ ᴮˡᵃᶻᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora