El Hombre que Nunca Soñé

~Prefacio~

Años después:

CORREIO DE MANHÃ

"EL GUEPARDO VUELVE A LAS CALLES"

Hace unos años las calles de Lisboa dormían tranquilas tras la milagrosa desaparición de uno de los asesinos más temidos por la sociedad portuguesa.

Como todos sabemos, Lisboa volvió a respirar esa paz que hace mucho tiempo no tenía y nuestros temerosos políticos dejaron a un lado aquella masiva cantidad de guardaespaldas destinados a protegerlos de aquel asesino.

Lo más sorprendente es que aunque lo denominaron Guepardo de manera despectiva, un número considerable de la población lo consideraba un justiciero que hacía de una forma u otra lo que el estado simplemente dejaba pasar.

Pero como dice el dicho "La Felicidad del pobre dura poco"

Lamentablemente hoy ya no podemos andar con esa calma que por unos años vivió entre nosotros, esa paz que acariciaba nuestros pensamientos y nos hacía pasear por nuestras hermosas calles con una sonrisa. Hoy todo vuelve a ponerse tenso, hoy todos nos dejamos abrazar por el miedo que hace que nos preguntemos ¿Quién será el siguiente?

En la madrugada ocurrió el lamentable suceso del asesinato de diez personas, políticos, que ocupaban distintos cargos en el Gobierno Nacional. El estado de los cuerpos, como era de esperar, fue desastroso, numerosos cortes en las extremidades, quemaduras de tercer grado y extracciones de molares y dedos que se hicieron protagonista de un callejón de la casi olvidada zona de La Quinta do Ferro.

Hasta ahora solo se sabe que son políticos por el mensaje que dejó el sicario en el muro:

"Los políticos se alimentan de los desnutridos que trabajan"

Los cuerpos fueron colgados con alambre de púas, sus documentos fueron quemados en una fogata junto a la ropa. Entre las víctimas se encuentran dos mujeres y el resto son hombres.

Algunos expertos expresan que el asesino con su forma peculiar de matar nos ha querido dejar otro de sus mensajes al trasladar a esos políticos a un barrio tan pobre como es La Quinta do Ferro. Se especula la posibilidad de que estos trabajadores sean posibles estafadores o malversadores del fondo público o del estado lo que deja más de mil preguntas sin resolver en las cabezas de los especialistas de las fuerzas nacionales.

Solo una cosa está clara y es que el Guepardo no mata por diversión si no por justicia.

Los criminólogos del departamento nacional piden paciencia y calma, prometiendo hallar la identidad de cada una de las víctimas.

Reportaje de: Blanca Hards

Narrado en tercera persona:

Sus ojos húmedos miraban aquella imagen, detallando con temor cada una de las víctimas, cada letra escrita en aquel muro, escrita con sangre que resbalaba hasta el suelo húmedo y lleno de mugre.
Las manos no paraban de temblarle.

-El Guepardo- pronunció de forma casi inaudible pientras pasaba uno de sus dedos por aquella imagen de búsqueda y captura en donde la foto estaba ausente.

Ella no sabía quién era, incluso ni la seguridad del país tenía un rostro para identificar a aquella persona que hizo que el corazón de Alice diera un doloroso vuelco.

Después de tanto tiempo tuvo una sensación de familiaridad pero aquello la aterró aun más, mucho más.

Día tras día leía ese maldito periódico como si esperara o temiese que algo o alguien volviese, como si así recordase lo que su mente quiso borrar.

Pero sí, sintió algo, un calor o un inmenso frío ardiente en el centro de su galopante pecho, sintió un toque de alarma o de preocupación...

Alice no sabía exactamente qué había sentido, pero de lo único que estaba segura era que después de tres jodidos años llevando una vida improductiva, ella notó un cambio, el encendido de un botón que no tendría marcha atrás.

Su mirada se perdió entre las finas escarchas que hace unas horas comenzaron a caer del cielo sombrío por el invierno que llegaba desapareciendo todo el calor con su paso mientras que su mente vagaba en el pensamiento de cómo sería todo si volviera a recordar.

Y como si la vida quisiera mostrarle la realidad de todo, el pasillo de afuera crujió con unos pasos que se acercaban, la pequeña luz que se escabullía por debajo de la puerta se hizo sombra y el corazón de Alis dolió mientras aquel ordinario timbre anunciaba que alguien había venido a visitarla...