Capítulo 7

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"La Batalla Final: Parte 1"

La mañana era brillante. El cielo más azul que nunca, se escuchaba el canto de los pájaros y los rayos del sol golpeaban las ventanas de los hogares parisinos.

En la habitación principal de la mansión Agreste, el dueño de dicho hogar se levantaba de su cama y se estiraba, portando una expresión de que había dormido bien.

El diseñador procedió a darse un baño de agua fría, tomándose su tiempo, relajándose aún más.

Después, procedió a vestir sus más finas ropas, acomodándose su saco mientras observaba una foto de él, Emilie y Adrien, siendo una familia feliz.

Salió de su cuarto y se dirigió al comedor mientras se colocaba su reloj de mano y tocaba una y otra vez su anillo de bodas.

Abrió ambas puertas con un empujón, asustando a Adrien y a Nathalie, quienes se ya encontraban allí, el menor terminaba de desayunar para prepararse para ir a la escuela y charlaba con la mayor sobre lo que pasaría en unas horas.

Gabriel al ver a Nathalie, le dedicó una sonrisa malévola, haciendo que ésta sintiera recorrer un escalofrío y provocando odio por parte del rubio.

–Buenos días.

–Buenos días, señor Agreste.

–Buenos días, papá –El rubio se levanta de la mesa y toma su mochila –me voy a la escuela, ¡adiós Nathalie!

Y se fue sin más y sin despedirse de su padre, algo que éste no le tomó tanta importancia, ya que por fin estaría solo con su asistente.

–Claro, ¡cuídate mucho, Adrien!

Gabriel estando en su asiento, tomó su taza de café y dio un gran sorbo, sintiendo satisfacción mientras la cafeína entraba a su cuerpo y le daba un empujón de energía extra, después, no evitaba poder ver a su asistente con algo de desprecio.
Nathalie tomó el plato que dejó Adrien casi limpio y estaba a punto de llevarlo a la cocina, pero la voz de su jefe la detuvo.

–Nathalie. Detente un minuto, por favor.

–¿Ocurre algo, señor?

–Todo está listo para hoy. A medio día estaremos en la Torre Eiffel, a esa hora atacaremos.

Nathalie quedó callada una vez más mientras sólo lo observaba. Después, rendida, asintió después de un gran suspiro.

–Entendido, señor.

La ejecutiva salió hacia la cocina. Ahí, sacó su celular y le mandó un mensaje a Adrien y a Sheng, avisándoles sobre la nueva información que obtuvo. Principalmente para que Adrien le avisara a Ladybug para que también esté preparada.

Las horas pasaron demasiado lento para Nathalie, se encontraba sentada en su escritorio, su tacones golpeaban constantemente el piso, ya que se encontraba temblando, ella por lo general nunca le ganaban los nervios, pero ¿quién no lo estaría ante un evento tan atroz? Sus codos recargados en el escritorio mientras mordía las uñas de sus dos pulgares, haber tomado café muy cargado había sido una pésima idea. Ya se encontraba con el broche puesto en su pecho, así que Duusu se apareció de repente, aprovechando que Gabriel había bajado a visitar una última vez a su esposa.

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