Mi esperanza.

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Episodio 15

|Mi esperanza|

—Te dije que quería azul. ¿Eres sorda?

—Lo siento señorita. Enseguida le traigo en azul.

—No es necesario. Eres una mierda.—votó molesta el paraguas y salió del lugar hecha una furia.

—Lo sé.

Estaba con una jodida sonrisa en la cara, mientras mi sangre hervía. La última cliente había hecho un escándalo.

Mi trabajo se basa en eso. Llegan clientes de todo tipo. Incluso ese que te ofrece dinero para que te dejes manosear. Estoy harta. Pero no puedo estar siempre en la casa de los Brown. Pienso en largarme cuando tenga suficiente dinero como para once meses de renta. Luego conseguiré un trabajo mejor. No puedo caer ahora.

Eran las ocho de la tarde. Pronto terminara mi turno y espero que la hora pase volando, mi cuerpo está temblando del cansancio y tengo un dolor insoportable de cabeza. Hoy le dije a Sam que no podría juntarme con ella, pareció comprenderlo.

Noah. Tengo que hablar con él. Mi viejo y estupido amigo.

A las ocho y media termina mi turno, en unos veinte minutos más. Miro el reloj cada segundo esperando que este mágicamente este en mi hora de salida.

Este es el único negocio que deja trabajar a menores. Estuve buscando por todas partes y lo encontré. Mis padres no saben. Todo el dinero reunido está en la tarjeta de mi hermano. Ricky.

Hace una semana volví a trabajar. Término clases y enseguida vengo al negocio para atender a la gente desagradable. trabajo cuatro horas exactas.

Escuchó la campanita y levantó la mirada. Max. Ha estado viniendo a esta hora todos los días desde que entré. Muy psicópata de su parte, pero aprovecho que me lleve a casa.

—¿Qué va a necesitar? —digo un poco divertida.

—Mmmh. Lo mismo de siempre.

Riendo me quito el uniforme que consiste en una gorra ridícula y un delantal. Voy hacia él y lo abrazo. Parece raro, pero ya es costumbre. Me tranquiliza, me ayuda.

—¿Qué pasa mi pequeña fan? ¿Me extrañaste?

Lo suelto mirando por un momento su rostro, me alejó rápidamente para salir e indicarle que haga lo mismo. Luego de aquel beso todo es mucho más intenso en la casa de los Brown.

Sobre todo con Alex. Pensaba que iba a ser un chico celoso. Es todo lo contrario. Cualquier momento que esté a solas conmigo lo toma para coquetear de una manera excitante.

Max, él ha sido mi apoyo, pero, su lujuria constante me desconcierta. ¿Cómo puede ser tan bueno y malo a la vez?

Me apoya de la misma manera que me repite constantemente que muere por mí. Cuerpo y alma. Luego de eso sus pequeñas frases llenas de amor.

"Un ser pequeñito pero fogoso. Eres una estrellita, mi pequeña fan"

Estoy loca, porque ellos me vuelven loca.

—¿Cuánto falta? —pregunta impaciente.

—De verdad que eres un niño pequeño.

—¿Tu niño? —preguntó coqueto.

Estaba cerrando con llave la puerta, se acercó por mi espalda y deposito un pequeño beso en mi cuello. Un cosquilleo se encendió en mi vientre como una llama y antes que le cediera el control, de un empujón lo aparte. No me gusta lo que me provoca.

—Niñito.

—Fan.

—Te dije que nada más de fan. —Siempre lo decía. Me sacaba de quicio.

Mi Maldito RomanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora