Mi Maldito Romance

Nuevo colegio

Episodio 1

|Nuevo colegio|

¿Como pequeñas decisiones o cosas pueden cambiar tu vida? No lo se.

—¿Crees que todo saldrá bien? —mamá me miró por un segundo pero enseguida quitó la mirada.

—No lo se. - justo y seco, como siempre.— Pero lo espero.

Iba de camino a mi nuevo colegio, en el auto con mi madre. Mi mirada se centraba en la ventana que me daba a la vista el radiante sol. Era tan lindo el día, pero me sentía tan nublada, vacía, que el clima me parecía ridículo.

—Luego me informas a que hora sales del colegio.

—Está bien.

Cerré los ojos esperando el freno del auto que me indicaría que habíamos llegado al nuevo colegio. Tengo miedo. Tengo que admitirlo, estoy ansiosa.

Cuando sentí que el auto freno, abrí mis ojos.

—ya, nos vemos, recuerda lo de mañana. — la mire por unos instantes antes de bajar.

Salí del auto y sin más me alejé y me dispuse a entrar al colegio. Sabía que ella estaría aliviada de no hacer contacto. Así lo quería, no tocarme ni verme. Eso era lo que deseaba.

No había nadie en los pasillos, eso hizo que mi cuerpo se relajara.

Saque la nota que la directora le había dado a mi mama, solo tenía que doblar a la derecha para encontrarme con la sala.

—Es una nueva vida Elizabeth, todo será distinto. —Mis susurros no me tranquilizaban, sabía que algo pasaría, lo sabía.

Di un último suspiro para encaminarme a mi nueva sala, a mi nueva vida. Pare en seco antes de entrar a la sala. Todo cambiaría, para bien o para mal. Esta nueva vida me daba miedo.

Al momento de entrar me encontré con el profesor.

—Oh, usted debe ser la señorita Elizabeth.

—Elizabeth, solo Elizabeth .— dije dándole una pequeña sonrisa de labios cerrados.

—Elizabeth, podrías sentarte al lado del señor Alex Brown. —vi donde apuntaba su dedo índice para luego asentir con la cabeza mientras me dirigía a mi nuevo asiento.

Cuando ya estaba en mi puesto, saqué un cuaderno, un lapicero y por último mi libreta, me centre en esta. de chica que me ha gustado escribir lo que se me venga a la cabeza, siento que así descanso un poco del lio que tengo en ella, así que para mi es muy importante traerla a todas partes

Todos estaban hablando con otros o mirando un punto fijo. Era un caos, pero no le di importancia, trate de centrarme en mi pero a la vez analizaba todo a mi alrededor, era nuevo todo y me causaba curiosidad. 

A mi lado había un chico que parecía no importarle nada. No alcanzaba a distinguir muy bien su rostro pero se veía pensativo y cansado. Como si trabajara día y noche sin descanso.

—Una consulta, por casualidad ¿sabes a que hora acaban las clases? —le pregunté en un susurro.

—¿La directora no te lo dijo? —mi ceño se frunció antes su respuesta.

Imbécil

Cuando me miro tomo una postura distinta, su cansancio se convirtió en fuerza y una barrera se moldeó alrededor de su cuerpo.

Me enojo su repentino cambio.

—¿Te han dicho que responder una pregunta con otra es de imbéciles?— dije dándole unas de mis sonrisas más falsas.