En esta compilación de historias cortas encontrarás diferentes temáticas, desde AU's similares a la realidad que conocemos hasta, ángeles, Omegaverse y M-Preg; con finales felices y con finales no tan felices. ¡No van a decepcionarte!
Todas las hi...
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- Se terminó.
Las palabras que salieron de la boca del rizado fueron como dagas muy afiladas clavándose directamente en el corazón de ambos hombres. No había sido una decisión que fue tomada a la ligera, ni tampoco la idea apareció de la nada. Ahora solo estaban ahí, frente a frente con sus corazones hechos trizas por el amargo sentimiento destructivo que estaban sintiendo.
- Debes estar bromeando - el ojiazul se encarga de mirarlo completamente impactado y nervioso a la vez. No se iba a resignar a la idea de que, toda su historia acabaría así como así. El ojiverde lo miró fijamente mientras fruncía un poco su ceño, decidió quedarse callado y le dio la espalda mientras respiraba pausadamente intentando relajarse, repitiéndose constantemente que no debía perder la cabeza y que debía actuar de la manera más racional posible.
- No lo repetiré.
Louis puso sus manos sobre sus caderas mientras miraba el suelo, aún procesando todo. No, no, no; esto no puede estar pasando.
- Harry -
- No. – le interrumpió.
- Podemos encontrar alguna manera de- los ojos azules del mayor estaban empezando a empañarse.
- Basta. - Harry negó con la cabeza a la vez que sentía como las lágrimas empezaban a correr por su rostro dejando huellas de dolor marcadas en sus mejillas. Sentía que en cualquier momento desfallecería, pero ciertamente ya no podía soportar el estado de lo que llamaban su relación. Harry lo sabía, Louis lo sabia. Ambos lo sabían -. Estoy cansado - susurró girándose para mirar a Louis que aún estaba con su vista fija en la alfombra color crema del piso.
Louis negó con la cabeza, sumergido en sus propios pensamientos, mordió su mejilla interna con fuerza a la vez que cubría su boca con su puño intentando mantenerse firme.
Se encontraban en un callejón sin salida, no podían correr ni gritar por ayuda porque nadie los auxiliaría, solo les darían la espalda como siempre lo habían hecho.
Estaban ahogándose en un gigante océano que ellos mismos crearon, a base de sentimientos incontrolables y promesas que no se cumplirían por más que quisieran. Era jodido pensar que hace mucho años se habían dicho a sí mismos que solo estaban haciendo una tormenta en un vaso de agua y que todo pasaría. Pero no era así, la tormenta se hizo cada vez más fuerte, y ahora era tan real que estaba en medio de ellos dos, separándolos, obligándolos a tomar caminos distintos y dejar atrás todo lo que decían sentir por el otro.
