Capítulo 9.

33 5 2
                                    

Álvaro estaba solo en la casa con Ester, los dos estaban aburridos por lo que decidieron invitar a sus amigos a la pileta, sol, música y tragos... Era medio infaltable en sus juntadas de verano que Álvaro hiciera daiquiris, mojitos y demás. Esta vez no serían solo ellos, porque como era habitual los Rockland se habían unido a ellos.

Los chicos fueron llegando uno a uno a la casa de Álvaro, y cabe destacar que las chicas se saludaron como no si no se vieran hace 5.000 años cuando en realidad no se veían hace literalmente un mes, los chicos rodaron los ojos y el primero en hacer una broma sobre esto fue Miguel.— Pero dramáticas si hace menos de una semana que terminaron las clases.— Bromeó mientras dejaba la mochila en el piso del patio negando con la cabeza.

En realidad terminaron hace un mes, además vení y abrazame que te extrañé mucho.— Gritó Danna y seguidamente de eso, saltó sobre Miguel y lo abrazó con fuerza. Antes de que él estuviera con Mina solían verse todos los días, pero entendía que tenía que darle su espacio y su lugar con su nueva relación. Mientras Danna lo abrazaba, Miguel se reía y seguía negando con la cabeza.

Habían pasado dos horas desde su llegada y Lali no despegaba la vista de la puerta, esperando que Juan Pedro apareciera mágicamente por esa puerta y eso no pasó inadvertido ante Eugenia que se acercó a su amiga. — No viene, me dijo ayer que tenía que rendir una materia y le estaba dando duro al estudio... Mirá que no va ni a los entrenamientos de Rugby.— La examinó fijamente mientras tomaba un sorbo del mojito que le había preparado Álvaro. La cara de la morocha se transformó primero en una mueca de sorpresa y después negó con la cabeza.

No me interesa igual, solamente estaba pensando en otras cosas.— Se excusó devolviendo la vista hacia la piscina y soltando una risa ante la caída de Cande ahí.

Lali, no te hagas la durazno... A mí no me podés engañar porque te conozco mejor que nadie, además no está mal que quieras pasar tiempo con él de vuelta.— Eugenia no entendía por qué se empeñaba en negar todo constantemente, a la larga o a la corta iba a ser peor o más difícil seguir negando y fingiendo.

¿La durazno? A veces se te ocurren cosas que no sé ni de donde las sacás.— Habló la morocha soltando una carcajada y después aceptó ir a bailar con Áron, pero resultó ser una trampa porque este la terminó tirando al agua. 

Se había hecho de noche, algunos se habían ido y los que quedaban estaban un poquito borrachos, por lo que se iban a quedar de Álvaro hasta que estuvieran mejor y en aptas condiciones para irse a su casa.— Che, ¿Pido pizzas y empanadas?— Preguntó Álvaro con el celular en la mano esperando una respuesta, al obtenerla se dedicó a hacer el pedido. Minutos después, Miguel se tropezó con la mesa y rompió todos los vasos.— ¡Mis papás me van a matar!— Exclamó riendo Álvaro, le parecía gracioso por la cantidad de alcohol que tenía encima porque en otro momento se hubiera enojado.

¿Querés que traiga más para ahora cuando esté la comida?— Danna lo abrazó por los hombros mientras le preguntaba y Ester la miró de reojo pero decidió no decir nada para que todo siga bien, además era muy obvio que ella no lo hacía con otras intenciones.

 Sí, porque creo que estás en mejores condiciones que yo, eh.— Respondió el morocho tirándose en el sillón pasándose las manos por la cara y apoyando su cabeza en el hombro de Ester.

 No te creas, eh... ¿Dónde están?— Preguntó la castaña dándole un sorbo a la botella de agua que había traído de la cocina hace rato. Álvaro no llegó a responderle porque Jorge se ofreció a acompañar a Danna, ya que él sabía donde estaban porque solía venir seguido, y así fue como Danna y Jorge salieron con dirección a la cocina, antes de entrar a la cocina tropezó con el marco de la puerta corrediza, lo que hizo que se rieran a carcajadas todo el camino. 

Ahí están.— Dijo el chico de rulos y señaló la alacena, le alcanzó una silla a Danna para que pudiera subir y agarrarlos, mientras la castaña se quejaba por la altura en la que los dichosos vasos se encontraban. Al subir a la silla, con uno de los pies pisó el aire, perdió el equilibrio y se aferró a Jorge mientras gritaba, esa situación hizo que volvieran a quedar muy cerca como la primera vez.

Creo que se me movió un poco la estantería.— Ambos soltaron una carcajada y luego Danna se mordió el labio mirando los labios de Jorge, la verdad es que se sentía nerviosa y se notaba porque su corazón se había acelerado mínimamente, al igual que su respiración.

Creo que sí.— Susurró Jorge acercándose un poco más y mirando su rostro fijamente como si estuviera estudiando la situación, no se sentía seguro de besarla, ya que la primera vez había salido mal y tenía miedo de arruinar las cosas. 

Creo que lo mejor sería si los agarrás vos.— Habló la castaña después de que un ruido la sobresaltara, Jorge había tardado mucho en decidirse pero ella en el fondo estaba aliviada con eso porque sabía que no se iba a negar si él la besaba. Segundos después de hablar y de todos los pensamientos que pasaron por su cabeza decidió soltarse de su agarre y bajar de la silla.

Jorge se prometió que la próxima vez que quedaran así no se iba a acobardar y la iba a besar, se maldijo mentalmente mientras agarraba los vasos por no haberlo hecho una y mil veces, mientras que Danna estaba cada vez más confundida sobre sus sentimientos, tal vez los minimizaba. 

____________

Ufff, eso fue intenso. ¿Qué les pareció? Esto se está empezando a poner bueno, hasta estoy disfrutando de escribirlo y es por eso que decidí adjuntar un capítulo al especial del grupo de whatsApp. 

¡Nos vemos la semana próxima! 

 GIA.





EnredaDos. (Jordanna/Laliter) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora