Los últimos meses había sido como una pesadilla para Park JiMin.
Su novio lo había dejado por alguien más, lo echó del departamento, perdió casi todas sus pertenencias y fue despedido de su empleo...
Ya nada más le podía salir mal.
Eso era lo que l...
Se sentía tan extraño regresar a casa con su pequeña maleta y su traje en la bolsa.
Sobre todo porque había sido muy espontánea la noticia de que su hermanita se casaba.
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La vida para Park JiMin había sido siempre dedicada al esfuerzo para cumplir su sueño de tener su negocio propio.
Poder ser su jefe y dar empleo a personas que lo necesitaran.
Incluso mientras estudiaba en la universidad tenía dos empleos para poder vivir cómodamente en un futuro.
Aunque, en su casa nada le faltaba.
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Luego de la muerte de su papá alfa cuando tenía 4 años, su mamá conoció al señor Smith. Un alfa extranjero algo mayor que la omega y que empezaba su vida en Corea del Sur en la empresa donde la mayor era asistente de vicepresidencia.
Un par de meses después de empezar a salir, la señora Park decidió que era momento de presentar a JiMin con su nuevo alfa.
Para que fuera más fácil desenvolverse, decidió llevar a su cachorro al parque de juegos junto con el mayor.
-Minnie... cariño, él es el señor Smith.
-Hola cachorro. ¿Cómo estás? Soy Noah Smith. Mucho gusto.
-Presentate JiMin.
-Y~yo... soy Park JiMin señor.- Murmuró avergonzado, aferrado al abrigo de su mamá.
-Sal de ahí cariño.
-Mira JiMin... Te traje un regalo. Espero que te guste.- dijo el alfa ofreciendo una caja.
La tomó y miró a su omma para saber si podía abrirla.
-Siéntate aquí, bebé. Puedes abrirla solo?
-Si...-
Quitó el envoltorio para descubrir un micro hornito. Con sus ojitos bien abiertos miró a la mayor y luego al señor.
-¡Es el nuevo micro hornito!
-Te gusta?
-Le pedí a santa que me lo trajera, pero solo me trajo ropa.- dijo.
A la señora Park se le hacía difícil mantener a su hijo, junto con todos los gastos de la casa. No podían darse muchos lujos y menos comprar un juguete tan caro.
-Me gusta mucho señor Smith!
-Puedes darme un abrazo?
-Puedo, mamita?
-Uhum, si puedes.-
El cachorro se levantó y corrió a la silla del mayor, quien lo cargó y acomodó en su pierna para hacer más fácil el abrazo.