Your perfect soul

10-09 Repita último mensaje

10-09 Repita Último Mensaje

Your perfect soul

NOTAS DEL CAPÍTULO: Capítulo confuso y posible mala ortografía.

Reproducir el contenido multimedia: Radiohead-Creep (1) cuando se indique para una mejor experiencia.

Las lágrimas en los ojos de Yuzuru pican con vehemencia hasta que gruesos ríos corren por sus mejillas.

Está enojado. Mucho más de lo que alguna vez ha estado con Weir; mucho más de lo que se ha sentido cuando fracasa en alguna competición; diez mil veces más de lo que alguna vez ha podido presumir con respecto a Javier y las discusiones que han tenido.

Yuzuru cierra los ojos con fuerza y recarga sus manos en el volante. Las pequeñas notas adhesivas que aparecieron en su auto después de salir del Cricket lo tienen tenso, las constantes peleas con Johnny, los mensajes de Shoma, todo es demasiado.

Ahora se siente tan abrumado, tan tonto, tan decepcionado... Debió hacerlo sabido, pero estaba tan aferrado a mantener ese último contacto con su familia.

"¡Te odio, imbécil! Siempre tienes que ser tu. Todo tiene que girar al rededor de ti. Ojalá murieras mañana. ¿Crees que alguien te extrañaría? ¿Crees que papá y mamá llorarían por ti?" Había gritado Saya sin tapujos.

"¡Y aún muerto, Javi sería solo mío! ¡Perra!"

No quería decirlo. De verdad que jamás quiso decir esas palabras a Saya.

Ellos se habían criado juntos, habían descubierto el hielo al mismo tiempo, habían corrido con los bolsillos llenos de golosinas antes de que la vida les enseñara que tenían que recorrer caminos distintos.

"¿Quieres apostar?"

"Apostaría mi vida a que si."

Yuzuru se muerde el labio con desesperación. El aire comienza a faltarle y su cabeza está dando vueltas. Siente el latido de su corazón resonar en sus oídos y la necesidad de dejar salir ese sentimiento de traición lo lleva a gritar de frustración. 

Odia su vida en ese momento.

Limpia sus lágrimas con fuerza y enojo. Alguna vez, Kikuchi le dijo que no debía llorar por alguien que no lloraría por él. A esas alturas, le queda claro que su hermana no derramaría ni una lagrima por su causa.

"¡Bien! Si mañana no amaneces, iré a reírme en tu tumba. Idiota"

"Eres una maldita loca."

"¿Yo soy una maldita loca? Si tu hubieras perdido todo justo como yo lo hice, créeme que no pensarías lo mismo. Espero que lo pierdas todo, espero que un día te levantas por la mañana y te des cuenta de que todo lo que amas se ha ido..."

"Púdrete, perra"

No.

No valía la pena llorar.

Yuzuru levanta la mirada y enciende el auto. Puede imaginar una vida llena de paz, sin malos momentos y sin la mirada de decepción de su padre, sin los continuos reproches de su padre, sin la traición de Saya... sin la constante presión que los medios ponían en él, sin las mentiras de Weir y sin esa maldita sensación de vacío que lo perseguía en sus días más bajos.

Javier es un amante secreto del café; bien podrían comenzar juntos una cafetería. Su marido se encargaría de las bebidas y el podría hornear galletas y panqueques. Nadie sabría de su vida en Toronto y podrían vivir felices en un pequeño pueblo a las orillas de un lago. En invierno, comprarían leña para los días más fríos, mientras que en verano se deleitarían de los frescos vientos y el perfume de las flores antes de sucumbir y dar paso a la siguiente estación.