10-21 Teléfono

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Boletos

"¿Lo recibiste?" cuestionó la voz al otro lado de la linea. 

"Sí, llegó ayer al cricket, pero la chica de recepción se había olvidado de darme el paquete. ¿Por qué no lo enviaste diectamente a mi casa?" inquirió el pelinegro ajustandose los patines.

"Seamos sinceros Yuzu. Tú no pasas tiempo en casa. De hecho, me sorprende que hayas decidido contestarme el celular sin antes haber insistido un par de veces. No queria tener que esperar 20 minutos para que la chica de recepción pudiera sacarte de la pista, así que decidí probar suerte."

"Si lo hubieras enviado directamente a casa podría haberlo recogido del buzón en cuanto llegara." Trató de razonar el mayor.

"No creo que a tu marido le haga gracía que yo te envíe cosas".

Yuzuru terminó de abrocharse las agujetas y se colocó los guantes negros por mera constumbre. Había llegado 20 minutos antes a la pista con la esperanza de poder repasar su rutina un par de veces antes de que Jun y Conrad llegasen.

"Ya te he dicho muchas veces que Habi no es esa clase de persona".

"Prefiero no tener que lidiar con él" añadió el otro hombre.

Yuzuru suspiró cuando terminó de colocarse sus gauntes y tomó nuevamente el celular con una de sus manos. Se puso de pie tras tomar su diario y se dirigió hasta la pista.

No iba a mentir. La última vez que Shoma había ido al Cricket se había encontrado con Javier y las cosas no habían salido del todo bien. No cuándo su amigo decidió dar su punto de vista de la forma más sincera que había podido, lastimándolo un poco en el proceso, cosa que claramente a Javier no le había gustado en lo absoluto.

Ellos no habían hablado después de eso. No que Yuzuru recordara.

"Shoma, ¿por qué me enviaste boletos de ávion?" cuestionó el entrenador sin un tono de voz en particular.

"Hay algo que quiero decirte. Pero estaba seguro de que si te daba los boletos hasta que pueda hablar contigo ni siquiera vas a recibirmelos..."

"¿De qué estás...?"

"Por favor. No me preguntes ahora. Como dije, hay algo que quiero decirte... pero antes de hacerlo quiero que pienses en cómo seria volver a Japón".

"Shoma..." Advirtió Yuzuru, pero la voz de su amigo no lo dejó terminar su oración.

"Solo piensalo, ¿si? Volver a ver los lugares donde creciste, visitar todos los lugares a los que ibamos cuando eramos niños... volver a ver todo lo que dejaste atrás cuando dicidiste que Canadá tenía mucho más para ti de lo que Japón podía darte"

"Shoma, sabes bien que no puedo entrar a Japón..." murmuró Yuzuru dejando el diario en la vaya de contención alrededor de la pista.

Su voz no denotaba deje alguno de molestía o tristeza, cosa que no pasó desapercibida por su amigo. ¿Es que aquel que alguna vez fue aclamado en Japón, reconocido como el mejor atleta de la decada y el mejor patinador de la historia, se había acostumbrado ya a la idea de jamás volver al lugar que le dio el impulso que necesitaba para aprender a volar?

"Ya pensé en eso".

"Creo... No. Estoy seguro que sabes y entiendes que para entrar a Japón nuevamente necesito un permiso especial del emperador."

Your perfect soulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora