¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En un mes de diciembre se encontraba toda la servidumbre decorando el Palacio para celebrar las festividades del mes.
El pequeño príncipe pasaba por los pasillos del Castillo para buscar a su querida madre, pero no hallaba respuesta. Buscó en la Biblioteca y si, ahí estaba leyendo un libro como siempre
—Me pregunto si no se aburre de leer siempre, dijo susurrando el príncipe, se acerco a ella y poniendo sus ojitos pispireto le dijo:
—Mami, me dejas ir un rato al pueblo
La reina vio fijamente a su hijo y observo que estaba usando su debilidad
—Solo por que me pones esos ojos,de cachorro aplastado te dejó ir
El príncipe salto de felicidad y antes de salir corriendo fue interrumpido por su madre
—Pero recuerda esto levi, alguna queja que me den,ten por seguro que será la última vez.No por que sea el príncipe me guardaran secreto
Solo el príncipe observo como su madre lo miraba con eso ojos y mejor dijo que no tendría ningún problema
Levi fue hacia la carroza para que lo llevarán al pueblo.
૮₍ 𝁽ܫ𝁽 ₎ა
En el transcurso del viaje, miraba por la ventanilla la nieve que resaltaba en el bosque, hasta que pudo observar algunas casas y personas cerca.
Al llegar lo primero fue correr, salió como tapón de botella que la persona que cuidaba de ella grito pero ni siquiera le tomó atención.
Hasta que tropezó con alguien, se talló la cabeza y miro hacia al frente para ver la persona con la que había chocado, vaya sorpresa fue que era una niña
—Oye mocosa debes de tener más cuidado, dijo el azabache mientras quitaba nieve de su ropa
—"Lo siento mucho", dijo la pequeña con nervios, "yo solo quería ir a la Biblioteca pero creo que me perdí."
—"Umm interesante, no será que es como mi mamá", dijo susurrando el príncipe.
No sabría decirte donde se encuentra, pero si queréis vos te acompaño. La pequeña niña aceptó gustosamente
—"Por cierto como te llamas",pregunto el azabache
—Me llamó Hange Zoe, dijo la castaña, el príncipe estrecho su mano con la de ella y se dieron una sonrisa
Ambos niños, paseaban por los callejones en busca de su destino. Miraban y observaban como la gente decoraban sus casa para las festividades que se acercaban.
La pequeña miro por una ventana algunos juguetes, se acercó y entró. Por otro lado el niño estaba mirando todas las casa como se veian de preciosa con sus adornos.
Hange salió de la juguetería y se acercó al niño para darle un avionsito que había comprado.El pequeño príncipe lo tomó y le dio las gracias. Por un momento observo a la niña y le pareció muy bonita,su cabello castaño y sus ojos grandes la hacían ver más adorable.
Los dos pequeños empezaron a caminar para llegar a la Biblioteca. Al entrar, Hange ya sabía a lo que venía, tomó su libro preferido del estante y se lo llevó por milésima vez
La bibliotecaria ya no se le hacia raro que hange buscara el mismo libro, por eso decidió mejor regalarselo.
Como había mucho frío, hange decidió invitar a tomar una taza de café al niño. Pasaron la tarde charlando de algunos libros que ella leía y el pequeño príncipe escuchaba con mucha atención.
La doncella que estaba a cargo del pequeño principe,lo observaba a poca distancia como escuchaba y admiraba a la pequeña. Se levantó de donde se encontraba y le comentó al pequeño que tenían que regresar.
El pequeño principe tomó la mano de Hange y le dijo:
—"No se si volveré a verte, pero quisiera que fueras a mi fiesta de cumpleaños. "
—"Me encantaría , pero no te aseguró si podré ir, ya que mi padre esta muy ocupado", comentó hange.
El pequeño principe se despidió de ella y regresó al castillo
૮₍ 𝁽ܫ𝁽 ₎ა
El día había llegado,el cumpleaños número díez del pequeño príncipe se estaba celebrando. La reina recibía los invitados con su amabilidad y gentileza
Pero por otro lado el pequeño príncipe, estaba esperando en la puerta aquella niña.
—Todavía la sigues esperando primo, se acercó una niña menor que él
—Para serte sincero si, pero creo que no vendrá
—"No te desanimes,puede que llegué",comentó la pelinegra
—No lo creo Mikasa, además me había comentado que probablemente no llegaría.
Mikasa solo miraba la tristeza de su querido primo y mejor se alejo de él para darle su espacio. El pequeño príncipe solo tomó aquel avión y con una sonrisa se prometió a si mismo volver a verla.
¡Promesa que nunca pudo cumplir!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
