𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙑𝙄

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—Hange, ¿querias tú casarte conmigo? Ella tomó unos momentos antes de responder: le daba miedo excitar la ira del monstruo rechazando su propuesta

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—Hange, ¿querias tú casarte conmigo?
Ella tomó unos momentos antes de responder: le daba miedo excitar la ira del monstruo rechazando su propuesta.

Al fin le dijo temblando

—No, Bestia.

En el primer momento la Bestia quiso suspirar y emitió un silbido tan espantoso que todo el Palacio retumbó, pero Hange pronto se tranquilizó porque la Bestia, después de decirle con tristeza

—Entonces adiós, Hange, —salió de la habitación volviéndose varias veces para mirarla de nuevo. Hange, al verla sola, sintió una gran compasión por esta pobre Bestia.

—¡Que tristeza! —dijo —¡es una lastima que sea tan feo siendo tan bueno!

Hange paso tres meses bastante tranquilo en este Palacio. Todas la noche la Bestia la visitaba y hablaba con ella durante la comida con muy buen timo, pero nunca con aquello que el mundo llama "una inteligencia brillante". Cada día Hange descubría nuevas cualidades en esta Bestia, y el hecho de verla con frecuencia la había acostumbrado a su fealdad, de modo que, lejos de temer el momento de su visita, miraba a cada rato el reloj de pulsera para saber si ya eran casi las nueve, pues la Bestia nunca faltaba a esa hora. Sólo una cosa apenaba a Hange y es que el monstruo, antes de acostarse, le preguntaba siempre si querría ser su mujer y parecía muy afligido cuando ella le decía no. Un día ella dijo:

—¡Bestia, me da mucha pena lo que me dices!

Yo quisiera casarme contigo pero soy demasiado sincera para hacerte creer que algún día lo haré. Seré tu amiga por siempre;intenta contentarte.

—Tendré que hacerlo —replicó la Bestia —¡Debo ser justo! se que soy horrible, aunque te amo mucho. Además, me hace muy feliz el que quiera seguir viviendo aquí.¡Prométeme que no te irás jamás!

Hange se turbó por un momento. Había visto en su espejo que su padre estaba enfermo de tristeza por haberla perdido y deseaba volver a verlo.

—Podría prometerte que no me iré nunca para siempre, pero tengo tanto deseo de volver a ver a mi padre que me moriré de dolor si tu me niegas este placer.

—Prefiero morir yo mismo —dijo el monstruo, —antes que causarte una pena. Te enviaré donde tu padre, tú te quedarás allá y tú pobre Bestia morirá de dolor.

—No —le dijo llorando Hange,—te estimó mucho, Bestia, y no quiero causarte la muerte. Te prometo que volveré dentro de ocho días. Gracias a ti pude ver a mis hermanos se enrolaron en el ejército. Mi padre se ha quedado completamente solo: permíteme estar con el una semana.

—Alli estarás mañana por la mañana, —dijo la Bestia. —Pero recuerda tú promesa: sólo tienes que ponerte tu anillo sobre una mesa al acostarte cuando quieras volver. Adiós,Hange.

La Bestia suspiró ysegun su costumbre al decir estas palabras, y Hange se acostó muy triste por haberle causado una pena.

Cuando despertó al día siguiente, se encontraba en casa de su padre, y cuando tocó una campanilla que estaba al pie de la cama,vino blanco sirvienta que al verla lanzó un gran grito. Su padre llegó al oir el grito y casi se muere de dicha al ver de nuevo a su hija querida, y estuvieron los dos abrazados un cuarto de hora. Después de las primeras emociones, Hange pensó que no tenía vestido que ponerse, pero la sirvienta le dijo que acababa de ver en la habitación contigua un gran cofre lleno de vestido de oro, adornados con diamantes. Hange le dio gracias a su buena Bestia por estas atenciones. Tomó el vestido menos lujoso y le dijo a la sirvienta que guardara los otros, pues queria regalárselos a sus hermanas.

Pero apenas dijo esa palabras el cofre desapareció.

Su padre le dijo que la Bestia queria que lo conservará toda para ella sola, y enseguida los vestidos y el cofre regresaron al mismo sitio.

૮₍⑅˶• •˶⑅₎ა

Flashback
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Pasaron años hasta décadas y el pequeño príncipe se había convertido en todo un hombre gentil y amable. Su ojos grises azulados y su color de cabello azabache resaltaba su persona.
La reina estaba muy feliz de haber educado a su hijo de su propia mano.

Todo iba bien, hasta que un día la Reina enfermo de gravedad, el príncipe al enterarse se quedó en cada momento con su madre, la atendía con la comida o leía un libro para ella.

—Levi —dijo la reina

El príncipe miro con una sonrisa a su madre, mientras tomaba su mano y la besaba

—Ya que nunca, hablamos de tu matrimonio, quiero que encuentres a una persona especial que te haga único y especial, como tu padre fue conmigo.

—No tengo pensado casarme madre, tomaré el trono de mi padre como todo un Rey. Pero como te decía,no me siento preparado para casarme, contestó el príncipe

—Pero ten por seguro que te casaras, no me creere el cuento que te quedaras virgen —dijo la reina con una carcajada

El príncipe nada más se ruborizo y mejor cambio de tema.

Pero ya hablando enserio levi, tendrás que cuidarla y respetarla. Debes ser delicado como si fuera una Rosa.

᪡🎻𝙇𝙖 𝘽𝙚𝙡𝙡𝙖 𝙮 𝙡𝙖 𝘽𝙚𝙨𝙩𝙞𝙖♡̶🕰️𖠗 𔘓   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora