Kinmoku.

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Los segundos pasaron más lentos de lo normal, la expectación se extendió por toda la sala —tres miradas de distintos colores se encontraron entre ellas en un asentimiento silencioso, su decisión clara tras sus iris—, mientras Kakyuu parecía sopesar los pros y los contras de aceptar esa petición.

Su mirada carmín encontró las miradas de sus antiguas guardianas —sus amigas más queridas y sonrió al ver la duda presente en esos ojos que conocía tan bien—, antes de suspirar ligeramente. No había duda de la decisión tras la mirada de sus amigas y ella no estaba dispuesta a perderlas por completo, así que ya lidiaría con las consecuencias de tener tantas Sailor poderosas en su hogar.

—Está bien —Kakyuu sonrió hacía Usagi, su voz había sonado muy clara y segura. Pero las dos jóvenes sonrieron cuando las tres personas más preocupadas de la sala dejaron escapar ligeros suspiros aliviados—. Será un placer que entrenen aquí, sinceramente me da algo de miedo que Kinmonku se convierta en un posible objetivo, pero ya lidiaré con eso. También estoy de acuerdo con que Sailor Midnight entrene con ustedes, dado que si como dices será tan poderosa necesitará tener mucho control sobre sus habilidades y aquí nunca ha habido una Sailor con ese tipo de habilidades.

Los ojos de Midnigh se abrieron con más ilusión que antes, quizás por escuchar que era única o quizás por poder entrenar con alguien que parecía casi una leyenda para ella, pero nadie pudo decir nada sobre eso antes de que Usagi volviera a tomar la palabra.

—De acuerdo —acepté las dudas de Kakyuu como algo normal, era lógico y la apoyaría en todo lo que pudiera—. Galaxia vendrá en un tiempo, no sé exactamente cuánto tiempo, ella no lo dijo solo comentó que sabría cuando yo estaba lista, lo que sea que eso signifique...

Las risas de sus amigas y compañeras no se hicieron esperar ante mis palabras y el ambiente se relajó aún más, de hecho, Kakyuu acabó riendo igual que las demás.

—Fighter —Kakyuu llamó la atención de la joven morena con seriedad—. Tú y tus hermanas se encargarán de organizar las habitaciones de las chicas. En su planta hay un par de habitaciones libres, pero dado que son cuatro, necesitaran darles una habitación en la misma planta que las demás Sailor por el momento.

—En realidad, creo que solo necesitan dos habitaciones —murmuró Maker con suavidad antes de que su hermana hablara—. Debo de suponer que Usagi y Fighter compartirán habitación, y yo quería pedirle a Amy que compartiera habitación conmigo, si no le importa, claro.

Las mejillas de Amy se volvieron completamente rosa, pero aceptó con una tímida sonrisa, mientras que Usagi se ponía una mano sobre su boca para evitar reírse al igual que Minako y Hotaru.

—Entonces, ¡arreglado! —exclamó Fighter mientras se acercaba a Usagi con una sonrisa traviesa y la rodeaba con sus brazos, no necesitaba decir nada sobre lo que había dicho su hermana por qué para todo el mundo era obvio que ellas dos no se separarían—: ¿Nos necesita para algo princesa?

—Pueden retirarse, muchachas —Kakyuu no pudo evitar que la felicidad se colase en su voz, pues sinceramente, hacía mucho tiempo que no veía una sonrisa tan sincera en la cara de Fighter, y eso la hacía inmensamente feliz a ella.

Las chicas no esperaron más señal, y para sorpresa de Midnight desactivaron su henshin en cuanto cruzaron la puerta del despacho de Kakyuu volviendo a sus formas civiles para caminar de la mano de sus respectivas parejas por los pasillos del palacio. Al ver que su hermana Seiya estaba enfrascada en una suave conversación con Usagi decidió ir junto a la única muchacha que caminaba sin ir de la mano, aunque su mirada chocó con la mirada verde de Yaten —Midnight notó entonces que la muchacha más baja parecía molesta, pero no entendió por qué—, pero rápidamente perdió el interés en ella y se centró en Hotaru quién iba a un lado de la otra chica rubia.

Amor CósmicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora