🍬a sweet addiction🍭 •°•°•°•°• Kevin x Candy dealer

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Kevin despertó debido al sonido molesto de la alarma de su célular. Estaba aún en el sillón, se había quedado dormido en del lado derecho apoyado en el respaldo.

Aún medio dormido se puso a buscar su celular para apagarla, ignorando por completo al traficante que al igual que él se había quedado dormido, pero en el lado opuesto del sillón, completamente recto y a la vez, doblado, como si fuera un árbol que se había doblado con el viento.

Encontró el teléfono debajo del sillón. Apagó la alarma y Miró a su alrededor, el bowl de ensalada seguía en la mesa, solo que algunos pedazos de atún habían sido dejado de lado selectamente, al parecer el Dealer no disfrutaba mucho del pescado. Había aprendido algo nuevo.

Lo tomó para poder lavarlo y empezar a preparar su día, a ese punto estaba más calmado, la noche anterior su cuerpo había experimentando un golpe de adrenalina, pánico y preocupación tan grande que seguía cansado; apenas se levantó y la madera sonó pudo sentir la mirada del traficante pasar por su espalda.

Una alarma no podía despertarlo pero si el minimo sonido de la madera?

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Otro día, un miercoles, una semana después del suceso ambos seguían la misma rutina, tampoco había mucho que se pudiera hacer, pero ahora sus conversaciones iban enfocadas a ese suceso, con chascarrillos y hablando más de tú a tú gracias a la confianza medio obligada, aún que no se sentía así. 

Ambos estaban cenando, juntos en la misma mesa, algo cerca debido a la pequeña mesa de madera que poseia el joven.

El Dealer seguía aliviado de no haber despertado como en película de Netflix genérica de romance, donde convenientemente habrían terminando durmiendo juntos y abrazados. Esa había sido su razón por la cual se durmió tan tieso como podía, sin moverse para no arriesgarse.

Aún que... Ahora tenía la duda si Kevin era conciente de que ellos estaban en un fanfic de wattpad que por alguna razón a la gente le parecía interesante.

.-ya cambiaste ese horrible sonido de tú alarma? -le preguntó el más alto para generar tema de conversión mientras comía un bocado de su cena-

.-aun no se me ocurre que poner en su lugar, además, es horrible para así poder levantarme, esa es su función -tomó una pequeña pausa- aun que claro, cualquier alarma es horrible para alguien que no posee un trabajo con horarios -le recriminó el joven-

.-pero que ofensa más grande!, soy un profesional en mi labor Kevin, con horario y todo eso -le respondió de forma rápida y haciéndose el ofendido-

.-y cual sería ese horario?

.-dejame revisar...-como si nada, el traficante sacó una libreta de cuero y un lápiz, y de forma desvergonzada empezó a anotar cosas-

.-te estas inventando un horario ahora...

.-Tener es tener, que tengo horario, lo tengo, no importa si esta creado ahora

De forma rápida (y gracias a lo pequeña de la mesa) le Quitó aquel cuadernillo de las manos para ver el supuesto horario.

Lo único que estaba anotado ahí era....Cenar con el "Candy Boy" por la noche.

Se quedó medio descolocado por el apodo, Miró sobre las hojas al Candy Dealer el cual miraba a otro lado nervioso, porque realmente no tenía más que hacer. Osea, con horario, usualmente era entregar droga a cualquier hora, y preparar todo a cualquier hora, básicamente hacia todo cuando se le cantaba el culo hacerlo, a excepción de la hora de la cena...

.-no tienes pasatiempos? -preguntó el chico-

.-tu no tienes pasatiempos -esquivó la pregunta de forma cortante, recalcando que ambos eran igual en ese sentido, no tener un pasatiempo fuera de sus trabajos comunes-

.-que...te gusta hacer? -le preguntó Kevin más interesado, a ver si tenían algún gusto parecido o algo- o que sueles hacer fuera de todo ese tema de las drogas?

.-contar los billetes, ir a reuniones con cierta gente, entre ellos tu jefe. Escuchar la radio, jugar sudoku de los periódicos, dormir, viciarme algún juego de Mobil y...tejer

.-pareces un viejo...-respondió por lo bajo el joven-

.-hey!, apenas tengo 28 años, no estoy viejo!

.-cuantos años llevas mintiendote con eso? -le preguntó de forma sarcástica el pelo negro-

Y así pasó esa noche, El Dealer intentando convencer a su chef que no era un tipo de 40 años mintiendo para actuar más joven, de verdas tenía unos 28 años solo que actuaba y se sentía como un viejo.

Lo que empezó con la mansión de una alarma terminó por una adivinanza de la supuesta verdadera edad del traficante.