🍬a sweet addiction🍭 •°•°•°•°• Kevin x Candy dealer

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Ambos en el bar reían y Carcajeaban mientras el bartender los miraba extrañado, pues no había ocurrido ninguna broma o algo para que se rieran.

.-oye Candy boy...me das tu número? -preguntó el traficante- para avisarte si voy a comer o no, a lo mejor y me safo de las garras de tu jefe y solo le saco plata

.-o-oh si si, altiro te lo doy -reaccionó de forma tranquila el chico mientras le dictaba su número y daba un pequeño comentario sarcástico sobre su jefe-

Ambos medio sonrojados por la bebida y compartiendo un número, para ellos y el lector solo era una escena linda de 2 amigos. Pero el cantinero únicamente maquinaba en su cabeza que un par de tórtolas enamorados habían caído en su morada. Le importaba?, no, era dinero y pues se aburría de ir a la cama sin comer, además, quien era el para juzgar a unos jotos?.

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Ese día para Kevin había sido más complicado de lo normal, odiaba a todos más que antes debido a un dolor de cabeza por beber "de más", aun que en realidad ni había tomado tanto pero bueno, finjamos que casi se acaba el alcohol del bar.

Al llegar a su casa recordó que su "gato callejero" no vendría a comer y por ende, no pasarían un buen rato, tendría un momento de paz, calma y hasta sierto punto aburrido.

Dejó sus cosas en su cuarto y sin siquiera cambiar su uniforme empezó a perder el rato, pues, que más iba a hacer?. Volver a las andadas de no cenar, tomar una cerveza, ver la tele y acostarse temprano, como todo un viejo.

Pero antes de abrir el refrigerador recibió un mensaje por parte de un número desconocido. Al mirar entendió de una quien era ese "desconocido".

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🌱🍬:muy aburrido sin mi presencia Candy Boy?

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No sabía si molestarse o que sentir por el apodo, pero la verdad, si, estaba aburrido, pero solo era porque no tenía nada que hacer ni con quien estar, si no, se hubiera ido a salir con alguien o conquistar el corazón de una jovencita. Pero no, le daba flojera ir en ese plan.

Eran tal para cual, ambos actuando como viejos desperdiciando su vida en vez de irse en fiesta en fiesta bebiendo hasta morir.

Simplemente respondió con un "si, un poco, pero supongo que no estaras mejor".

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🌱🍬:ya que no me cocinaras nada y no estas haciendo nada. quieres salir a comer después? 

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Kevin se la pensó un segundo, realmente no quería, no porque fuera salir con un traficante, a este punto le daba igual eso, era más bien tener que ir a un lugar que ese traficante eligiera.

Literal caminar por calles con gente drogada no era muy...seguro, más sabiendo que iba de acompañante de quien les daba la mercancía y al cual ya le habían metido un tiro antes.

Por si solo le había entrando el miedo y podía sentir como el corazón le subía a la garganta, eso y algo más.

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🌱🍬:tu eliges el lugar si gustas

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Se calmó por eso; antes de responder decidió beber un poco y volver a su sofá pero claro, no alcanzó a responder y obvio, al leer el siguiente mensaje tan solo sonrió de lado y Frunció el seño de forma sarcástica.

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🌱🍬:tu eliges, tu pagas

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El traficante terminó sus negocios, no hay necesidad de entrar en ellos, osea, es tráfico de droga, no hay mucho que se pueda detallar, tampoco es lo importante, los importante era que ambos habían planeado juntarse en cierta ubicación en ese momento.

Kevin, no se le había ocurrido mejor lugar que uno simple, uno de comida regular que se ajustaba a sus sueldos, porque...vamos, aun hay cuentas que pagar.

Se quedó afuera unos minutos esperando. Y en un parpadeo apareció la figura del Candy Dealer a su lado, parado debajo de una farola parpadeante sin decir palabra alguna, asustando hasta la médula al chico.

.-Boo~ -canturreó el traficante mientras reía al ver la expresión asustada de su contrario-

.-como lo hiciste? -preguntó nervioso el peli negro mientras volteaba a verlo, fijándose en el detalle de que el traficante no vestía con su típica "gabardina".

La tenía puesta a manera de pseudocapa dejabdo ver así su traje elegante negro, la casaca perfectamente puesta con un término en triángulo en la parte superior que dejaba ver una corbata negra sobre la camisa. En resumen la elegancia pura estaba frente a él, no creía que un traficante pudiera verse así.

Del asombro sus mejillas enrojesieron levemente, algo que el del cigarro infinito no notó, se dedicó a pasar por su lado y analizar el local desde afuera.

.-tacaño -dijo de forma seca el traficante mientras apagaba el cigarro y sacaba de su pequeña burbuja de asombro a aquien iba a pagar-

Al ambos entrar fueron recibidos amablemente por los empleados, quienes parecían conocer al más joven y que les sorprendía un poco, no, les extrañaba que trajera a alguien así a su lado, un compañero que parecía tener grandes Aires de extravagancia o riqueza.

Al sentarse y cuando ya habían empezado hablar, y aquí con la confianza a flor de piel con sutileza y con algo se ilusión proveniente de su poca experiencia amorosa, casi de forma fantasiosa Kevin mencionó:

.-este es uno de mis lugares favoritos, me gustaría traer a alguien especial aquí

Al darse cuenta de que lo había hecho cerró la boca, creyendo que de seguro, su amigo se burlaria por esas palabras tan cursis que lo dejaría en ridículo. Pero el de colores morados tan solo asintió, respondiendo de igual sutileza y de forma suave

.-mh, es un buen lugar.

El Candy dealer sentía el aura tan tranquila y acogedora del lugar, tan sencilla que sería capaz de inducir al olvido de su atareada vida. En comparación, ese lugar le recordaba que era un tipo más, fuera de que era un traficante.

La comida no se sentía igual, era Rica, si, pero...le faltaba algo, le faltaba ese sentimiento cálido proveniente de la comida; tenía la compañia, tenía el ambiente. Tenía esa tranquilidad, todo aquello lo podía tocar pero no sentir.

Tal vez sus manos heridas por su trabajo no lo dejaba acariciar del todo esa calma, tocar si, sentir no.

Pero algo que si podía sentir era lo que emanaba su chef- no, su compañero, este emanaba una tranquilidad que era.. Contagiosa.

Gracias a eso, pudo sentir esa calidez de normalidad que lo hacía estar, aun que sea esos minutos, en paz.

Eso era lo que Kevin le daba, le gustaría poder darle algo igual de valioso que no fuera dinero. El dinero era la única cosa que conocía que moviera a la gente, la única causa por la cual vivir. Que más podía darle a alguien tan normal?, no podía darle nada que no fuera dinero...