Capítulo 3

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¡

Señor Willy, bienvenido!- Saludó una voz masculina en la boutique levantando su mirada y reposando en el escritorio.

Willy saludó sin decir mucho, tenía que hacer algo rápido en esa boutique, antes de que su enamorado llegara a la tienda.

–Es bastante temprano...¿Viene a buscar algo? Por lo general usted no viene a estas horas- Informó el encargado, observando su reloj.

Era por la mañana, el albino solía ir a la tienda al mediodía. El encargado volteó otra vez hacia Willy e intentó sacarle un tema de conversación mientras le miraba con una sonrisa tranquila.

-No, simplemente...quería ser el primero, ya sabes cómo es la gente que viene aquí, se llevan toda la ropa...-Mintió el de boina, volteando a ver a el encargado con una leve sonrisa, este solo asintió y dejo la conversación allí, tomando un par de cosas y dirigiendose a una sala solo de uso del personal, al parecer tenía que organizar algo, pero Willy no prestó atención, tenía algo que hacer.

Aprovechó la ausencia de personas en la tienda para dirigirse a una sección específica de la tienda.

Hablando de esta, supongo que deberé explicar cómo era esa boutique.

Era una tienda medianamente grande, tenía estantes con ropa y tenía un ambiente "vintage", vendían ropa vieja, usada o inspirada en épocas antiguas, pero aún así llamaban la atención de muchas personas.

Volviendo con Willy, este último se encontraba frente a unos estantes y perchas con ropa, por que justo ahí? Pues porque Willy sabía perfectamente que esa sección era la favorita de Fargan, y solo de él; Había mucha ropa de el estilo de Fargan, extraña pero llamativa y atractiva, nadie iba a esa sección, solo el personal de la boutique, era como la sección de la ropa sobrante, la sección de ropa que toda tienda de ropa tiene.

El albino descolgó la mochila de su hombro, asegurándose de que no hubiera nadie mirándolo, al terminar, abrió el cierre de esta, empezando a rebuscar en la mochila la carta en su mochila junto con otro detalle que había encontrado en el camino a la boutique.

Tomó la delicada y preciada carta con algo de nervios, estaba ansioso y a la vez nervioso de todo lo que iba hacer, no era fácil, algo podría salir mal, su plan se iría al carajo al igual que su reputación, ya que Willy era conocido como el chico indiferente, neutral, tranquilo y que normalmente no se enamora, si alguien se enteraba de que él había escrito una carta romántica a puño y letra podría recibir burlas por el resto de su estadía en en planeta tierra, pero no perdía nada por intentarlo, ¿Verdad?

–Me cago en todo...–Se quejó el albino al ver que sus manos temblaban y su corazón latía a mil por minuto. Dudó por un momento si debería dejar la carta, pero finalmente se armó de valor y dejó la carta dentro de un saco que yacía allí colgado, sabía que Fargan iría por ahí y vería el saco, eso esperaba, si no lo hacía le iba a matar.

Sumado a la carta, también dejó una rosa fresca y recién cortada de su jardín, bueno, del jardín de Vegetta, pero era solo una flor, ¿En que afectaba eso a el de ojos morados?.

Al terminar de acomodar y asegurar de que todo fuera perfecto, y cuando digo todo, es todo, Willy se alejó con nervios de la escena, dejando todo su amor, pensamientos y sentimientos más profundos en una pequeña carta de papel rayado, pidiendo por los dioses que su plan saliera bien y que nadie que no fuera su enamorado encontrara la carta.

-Vale, ya está, lo hice...Ahora necesito una coartada..-Pensaba en voz alta, no era necesaria la coartada, pero era un detalle adicional en su plan para no generar tantas sospechas. Abandonando la tienda sin decir una palabra.

La boutique - willgan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora