Capítulo 16

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Willy abrió sus ojos, desorientado y aturdido, estaba cansado, sentía su cuerpo pesar más de lo normal. Al parecer las consecuencias de haberse dormido tarde la noche anterior habían hecho efecto. Se removió un poco en la cama, intentando ignorar ese molesto sonido que producía la alarma de su teléfono, pero esta no pararía hasta que él se levantara y la apagara, cosa que le quitaría el sueño, pero no tenía más opción. Se sentó en la cama a regañadientes, sobando sus ojos y apagando su alarma, parando aquel molesto pitido que producía.

Observó su habitación una vez se había despertado medianamente, analizando el lugar como si estuviera buscando algo, cuando en realidad no era así. Se aferró a las mantas que cubrían sus pálidas piernas, tratando de mantener la calidez en su cuerpo con ello, a pesar de que ya se hubiera destapado y la mitad de su cuerpo se hubiera alejado de ese calor.

El albino volteó a un lado, encontrándose con su teléfono una vez más, decidiendo tomar este entre sus manos para distraerse un poco, y así lograr quitarse el cansancio de encima, al menos una mínima parte de este. Decidió primero abrir sus mensajes, revisando los más recientes y contestándolos, ignorando los menos importantes así no perdería mucho tiempo en ello, la mayoría eran de Rubius, así que no tuvo que contestar muchos mensajes. Willy abrió un chat en específico que le llamaba la atención ver, el de Fargan. Su amigo no había contestado a los mensajes que le había mandado, ya era un día que no sabía nada de él, y no recibía respuestas a los mensajes que le enviaba al castaño, y cada vez que podían mínimamente cruzar miradas en el pueblo, el moreno ignoraba el saludo alegre del albino y sólo se retiraba, a veces dedicándole una leve sonrisa con desgano para no parecer cruel, o eso parecía. Willy empezaba a preocuparse por él, pero decidió no hacer nada al respecto, ya que seguramente su amigo se había quedado con el móvil apagado, se había quedado dormido, o simplemente le daba pereza contestar, Willy no le insistiría para que conteste, no quería ser molesto.

Una vez Willy ya se había aburrido de indagar en las redes sociales, optó por ir a desayunar de una vez, ya que después de todo el hambre empezaba a presentarse en el albino, ya sea con rugidos en su estómago o por simples pensamientos. Se levantó de su cama destendida, con flojera tronó los huesos de su espalda y se estiró brevemente, para luego bostezar y empezar con su camino hacia su cocina, dando pasos lentos y cansados hasta que llegó a su cocina, deteniéndose frente a su alacena para poder extenderse y tomar así una taza y un pequeño plato, al igual que una cuchara, azúcar, un saco de té y un frasco pequeño de galletas, una vez tuvo todo esto listo, empezó a preparar el desayuno con estos ingredientes, consiguiendo como resultado su esperado té con galletas para empezar el día.

Observó en las noticias las novedades que habían en el pueblo y en el mundo entero en si sentado en su sofá con su desayuno en una pequeña mesa frente a él. No le interesaba saber cómo iba el partido de Fútbol, cómo estaría el clima ni nada de ello, sólo veía la tele con la mirada pérdida y la mente dispersa, sin estar necesariamente prestando atención a lo que aparecía en ella. Prestaba más atención a sus recuerdos y escenarios sobre Fargan, aún seguía preocupado, no podía evitar pensar en que quizás podría haber hecho algo para ofender al castaño, quizás estaba enfadado con él, o molesto, o quizás algo personal le pasaba y estaba triste. Mil pensamientos cruzaban la cabeza de Willy, provocando que no pensará correctamente sus acciones y terminara ahogándose torpemente con el té que estaba tomando, provocando también que volcara un poco sobre la mesa y su ropa.

–J-joder, lo que me faltaba...– Se quejaba entre toses, golpeando un poco su pecho y tomando algo más de té para calmar la picazón en su garganta.

Una vez logró calmarse, observó la mesa y su camiseta que ahora estaban manchadas por té, suspiró por ello mismo, suponiendo que claramente ahora tendría que limpiarlo.

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