two

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San acomodó mejor su abrigo color negro en su anatomía mientras caminaba rumbo hacía rectoría de la universidad donde estudia su Joven Alfa. Su porte y aspecto elegante dejaba uno que otro ojo curioso en su persona cuando pasaba a su lado, y dejaba en el aire sus feromonas mezcladas con su propio aroma y uno un poco perceptible a preocupación.

Hace aproximadamente treinta minutos fue interrumpida una reunión importante en su agencia donde su presencia era requerida, cuando una llamada llegó hasta su teléfono con un informe diferente al acostumbrado desde la dirección de la universidad. Esta vez la voz autoritaria del Beta de cuarenta y cinco años prendió la alarma en su sistema ya que no era la voz apacible que utiliza cuando le expresa sus felicitaciones por tener a un esposo tan aplicado, responsable y inteligente. No, está vez no había felicitaciones sino un informé de rotunda rebeldía e inmadurez.

El llamado de su exigida presencia a rectoría fue de inmediata, logrando en vez de molestarlo por interrumpir una reunión tan importante por algo inmaduro como un enfrentamiento que tuvo Wooyoung con un Beta por quien sabe que razón, lo llevo a preocuparlo.

Su lazo lo sentía tenso, la marca en su cuello ardía por la furia que Jung le transmitía. Lo que lo llevo a la conclusión que tenía que partir rápido para poder saber más del asunto y para también calmar a su Alfa.

San era consciente del temperamento de Wooyoung, por esa razón lo mantenía a raya. Algo que no le gustará a Jung este mismo por instinto reaccionaba poniéndote en tu jodido lugar, y tenía que ser algo muy importante para hacerle agotar la cordura y cabrearlo bastante para llegar a un enfrentamiento.

No lo había pensado ni dos veces cuando detuvo la conferencia y dio la orden de suspender la junta para otra hora, luego se retiró sin ningún informe, pero todos en el lugar sabían el motivo importante del Omega para que haya abandonado tan organizada presentación.

No había nada más urgente e importante para San que no sea su Joven esposo y Alfa Jung Wooyoung.

Muchos envidiaban al mocoso por ello.

Una vez San haya llegado nervioso e inquieto por la preocupación de que su Wooyoung esté posiblemente herido, toco con insistencia la puerta de rectoría quien no tardó en ser abierta por el mismo director Beta. Una reverencia respetuosa fue lo primero que recibió al llegar ya que como CEO de un imperio tenía cierto trato diferente a los demás, aunque eso pocos lo sabían porque no le gustaba ser parte de una figura pública en los mercados de la publicidad.

San mantenía cierto circulo de personas que sabían quién jodido era y que posición ocupaba en Seúl. Así que tenía suficiente influencia y poder para mandar a la mierda a cualquier persona que haya dañado a su Joven Alfa.

El potente aroma a manzana verde llegó a fumigar el cuarto una vez estuvo San dentro de rectoría, la rápida caminata que realizó segundos atrás provocó el aumento descuidado de sus feromonas y supo que eso sería un problema más.

Y lo fue porque hasta su aparato auditivo llegó la fuerte inhalación que realizó Jung. Y por la puta que Wooyoung odiaba que otros olieran sus feromonas de Omega.

Un molesto gruñido de advertencia proveniente de Jung se escuchó en todo el espacio cuando el Beta a lado suyo se dispuso a buscar ese manjar de olor, llevándose la sorpresa de encontrar a un hermoso Omega cabello negro en la entrada de rectoría siendo guiado hasta ellos por el director Kim.

Y no podía creerlo.

No.

El Beta esperaba a un Omega encorvado con arrugas de sus tantos años marcados en su piel más las canas blancas en su cabello desgastado, no a un perfecto Omega macho con rostro bellísimo, cuerpo esbelto, piel Canela tersa y suave, con olor riquísimo y porte modesto y educado.

ESPOSO JOVEN _ WOOSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora