Battlefield [Tori x Jade]

Capitulo 2

Tras quedarse estupefacta Trina salto a los brazos de su hermana menor, y nunca mejor dicho ya que la diferencia de altura era tanta que fue necesario un salto para llegar a abrazarse al cuello mientras a la misma vez, dejaba fluir sus lagrimas al volver a ver a su hermana menor despues de casi cinco años sin saber de ella. Tori correspondio el abrazo y ambas se fundieron en un calido y emotivo abrazo que desde hace años a ambas les negaron.

Mientras las hermanas estaban teniendo un emotivo reencuentro, Holly estaba preguntandose porque su hija tardaba tanto en regresar a la mesa desde que tocaron la puerta, por lo que decidio levantarse a ver si su hija habia terminado y esperaba que no se hubiera distraido con el telefono ya que seria la vigesima vez que algo asi pasaba en esta semana. Mientras se acercaba a la puerta, empezo a distiguir el sonido del llanto de su hija por lo que se dirigio corriendo a la puerta y la sorpresa que se llevo fue aun mayor el reconocer a su hija mayor abranzando desconsolada a su hija menor. Espero a que su mayor se bajara y ahora fue el turno de ella de correr con lagrimas en los ojos a abrazar a su ya no tan pequeña hija -¡HIJA!- chillo su madre mientras se abrazaba a su retoño y lloraba tambien -hola mama, tambien te extrañe- contesto Tori a su madre mientras le regresaba el abrazo con las mismas ganas que a su hermana y esta tambien lloraba. -Dejame que te vea mejor hija- comento acariciando la mejilla de su hija mientras las suyas se llenaban de lagrimas. -David mira quien ha vuelto al fin a casa- comento a su marido mientras la arrastraba con la mano libre tras haber cogido Tori la maleta de mano que solto en el suelo. -Tori... hija, hace mucho que no nos veiamos- comento el padre de las hermanas tras verla, y menos mal que la reconocio porque el cambio habia sido muy drastico, su pequeña niña se habia hecho una mujer hecha y derecha, y eso le aterraba. -Hola padre- respondio a su progenitor la menor. -Bueno, hija me alegro verte, pero debo irme a trabajar- corto el posible y emotivo reencuentro entre ellos, sin mas cogio las llaves de la casa y se marcho.

Cuando el mayor de los Vega se fue, la madre excuso la actitud de su marido y le dijo que hablarian a la noche mas tranquilos. -De todos modos hija ¿que vas a hacer ahora?- pregunto la madre a lo que recibio una respuesta simple -bueno mama, me gustaria descansar el dia de hoy y ver si podria ir al mismo instituto que va Trina para hacer algo de vida de civil normal y nada peligrosa- contesto Tori a su progenitora -claro cariño sin problemas, hablare ahora con el director Eikner para que te de una plaza- respondio mi madre contenta. -Genial hermanita, me ire ya que debo entrar en veinte minutos, adios- dijo Trina despidiendose de nosotras y saliendo por la puerta. Tras haber salido por la puerta mi madre y yo nos miramos y nos dimos un abrazo mas tranquilas ahora. -Ven cariño te llevare a tu habitacion- dijo -gracias madre- tras eso, subimos la escalera y llegamos a mi antigua habitacion -esta tal cual la dejaste cielo- añadio mi madre -gracias madre, bajare a la hora de cenar, mientras voy a ordenar mi cuarto- termine la conversacion y entre cerrando la puerta dejando que mi madre se retiraba a hacer sus labores del dia fuera de casa.

Me pase todo el dia ordenando mi cuarto, guardando viejos objetos que no voy a usar mas y finalmente decorando la habitacion a mi propio gusto, primero guarde en una bolsa toda la ropa que ya no volveria a usar, a fin de cuentas me habia acostumbrado al estilo militar que usaba casi durante todo el dia, luego procedi a deshacer la maleta sacando los cambios de ropa que siempre uso, los conjuntos deportivos y la ropa interior dejandolo en tres cajones diferentes de la comoda, los tres pares de botas militares extras que tenia los coloque en el lado izquierdo de la comoda, la maleta que ya estaba vacia, la deje dentro del armario, y procedi a sacar los objetos personales decorativos que tenia en mi bolsa de mano. Abri la cremallera y saque primero una pequeña caja de madera con una placa metalica con el logo del ejercito de EEUU, la abri y vi mis medallas que habia conseguido a lo largo de mi carrera en el ejercito, desde medallas de honor, hasta cruces por servicio e inclusive una estrella de plata y me costo dolor, sudor y sangre conseguirla, la cerre y coloque encima del escritorio para tenerlo siempre cerca, meti la mano otra vez y saque un pequeño marco con una foto algo gastada pero que tenia un gran valor sentimental, en ella me encontraba junto a mi unidad de operaciones especiales que a pesar de ser clasificadas, fueron las que me permitieron ascender al rango de mayor ademas de algunas azañas mas en el campo de batalla.
Cogi el marco y lo coloque al lado contrario de donde puse mis medallas. Metiendo la mano, saque mi uniforme de mayor para ocasiones importantisimas y colgandolo todo bien en una percha con funda para preservar la limpieza, lo meti en el armario con mucho cuidado y cerre la puerta.