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𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐎𝐂𝐇𝐎, entre música y sueños
NARRA APOLO
—Pueden retirarse. Que tengan buenas vacaciones.—dijo el profesor de historia, mientras caminaba hacia la puerta y la abría mirándonos con la cara de váyanse de una vez.
Todos rápidamente nos fuimos felices del saber que tendremos unas largas y merecidas vacaciones.
—¿Lista Hope?—le pregunté con una sonrisa, mientras pasaba un brazo sobre sus hombros, para así abrazarla amistosamente.
—Lista para dormir y comer tooooodas estas vacaciones.—dijo levantando su almohada.
Hoy, Hope estaba vestida simplemente con su pijama. Si que se tomo enserio el dormir todas las vacaciones.
—¿En serio?—le pregunté divertido.—Y yo que te iba a invitar hoy a mi casa.
Hope me miró con una perfecta sorpresa y entusiasmo.
—¡Santos Dioses! ¡Es primera vez que me invitan a una casa!—dijo para luego poner una pose modesta— Oh, puedo dejar un espacio para ti y tu casa.—respondió caminando más rápido.
Me reí y la seguí.
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