Phoenix Potter era la perfecta combinación de sus padres. Bella e inteligente como Elizabeth, pero definitivamente poseía la personalidad de James.
Sin embargo, algo que la diferenciaba de sus padres y hermano menor era que no le interesaba en lo a...
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PHOENIX SE MIRABA FIJAMENTE EN EL ESPEJO MIENTRAS TERMINABA DE ANUDAR SU CORBATA DE HUFFLEPUFF. Hizo una pequeña mueca cuando noto que a pesar de la blusa, la túnica y la corbata se notaba el volumen de sus pechos.
La castaña era consciente que se podía vestir como ella guste sin importar lo corta que sea la ropa o que tan escotada sea, pero aveces le resulta molesto tener demasiado busto a su corta edad. Además que durante casi todo el curso pasado tuvo que aguantar comentarios de los chicos mayores hacia ella, que en vez de sentirse halagada se sentía realmente incomoda.
Afortunadamente su madre hablo con el director Dumbledore argumentando que lo que esos chicos le decían a su hija en los pasillos era acoso, y claramente la profesora McGonagall le dio la razón. Luego de eso los comentarios pararon, nadie quería tener a la jefa de los aurores y la subdirectora en su contra.
Cuando Phoenix salió de su habitación con sus libros pegados al pecho bajo a la sala común, Cedric al notar su presencia se separo de sus amigos y rápidamente se acerco a ella.
—Hola Nix—la saludo con un tierno beso en los labios—¿Qué clase tienes ahora?
La chica Potter miro su horario.—Por el momento tengo libre, luego tendré Herbología.
Cedric sonrió ampliamente.—¿Te parece si vamos al lago negro?
—Me encantaría—asintió sonriendo.
Ambos Hufflepuff se tomaron de la mano y se dirigieron a la salida de la sala común.
Phoenix Potter y Cedric Diggory mantenían una relacion de casi un año, justamente lo cumplían en Navidad. Ambos se conocían desde pequeños ya que en las reuniones de cumpleaños de los mellizos Lupin iba Amos Diggory con su esposa e hijo, ellos fácilmente iniciaron una amistad. No fue hasta cuando entraron a Hogwarts que se hicieron mas unidos hasta el punto de desarrollar sentimientos el uno por el otro.
—¿Qué opinas del torneo?—pregunto Cedric mirándola de reojo.
La castaña suspiro.—A mi me gustaría participar pero no tengo la edad suficiente—lo miro con el ceño fruncido—¿Te piensas apuntar?
—Posiblemente—el Hufflepuff se encogió de hombros—Pero primero quería saber tu opinión.
—Si quieres participar sabes que te apoyare—le sonrió levemente y se paro en puntitas para dejar un beso en sus labios.
