El armario

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Viernes, hora 0.

Te lamentabas por haber cortado el beso, al menos tú podías haber seguido un buen rato, pero esos ojos que os rodeaban pudieron contigo, y se sumaron a tu pudor. En cualquier caso, quedaba mucha noche por delante, no eran ni las 10, por lo cual arrancaste a tu amiga de los labios del delegado, te excusaste ante tus nuevos amigos por una media hora y te sumergiste en la marabunta de alumnos de la UA en busca de saludar a los de tu clase, sin embargo, no pudiste pasar un comentario por alto <<¿Tan rápido las aburres, cara plana?>>, el cual no podía estar más alejado de la realidad, de toda la vida hay que dejar el plato que más te guste para el final, así lo pillas con más ganas y se saborea mejor, eso si, mientras había que lidiar con la pelirrosa, la cual era algo así cómo un entrante que no paraba de lloriquear por su amado.

- ¡Tienes toda la noche! - gritaste al pasar al lado de un altavoz -, además se ven todos los días.

- ¿Y? - lo buscó con su quirk.

- Saludamos un rato a los de clase, socializamos, que para eso son nuestros A-MI-GOS, y luego ya puedes estar toda la noche con él sin que te molesten - era un pensamiento algo cínico, saludar para que luego no les molesten, pero era la mejor manera de convencerla.

- ¡Déj....! - se detuvo a mitad de palabra -, chica lista... por eso eres mi mejor amiga, vamos - esta vez era ella la que tiraba de ti.

- Si es que... ¡No tienes remedio! - te reíste.

- No me pongas cómo la mala, si lo dijiste es por que en parte lo piensas - se esbozó en su cara una pícara sonrisa -, ¿por qué no me dijiste que le tenías echado el ojo?

- Bueno... - te rascaste una mejilla -, cada cosa a su debido tiempo, no tenía prisa. Pero me sorprende que te hayas percatado, pensé que cuando estabas junto a Iida se paraba el mundo.

- ¿Ah, sí? Con que esas tenemos... estoy segura que al final de la noche estás tú más encaprichada que yo.




Y así, sin tener un premio fijo ni unas normas predefinidas pactasteis el futuro de la noche. Acabasteis llegando a la cocina, lugar donde se acumulaba todo el alcohol y en donde pasasteis un buen rato, pues la gran mayoría de vuestros compañeros se encontraban allí, a algunos ya los habíais visto por los preparativos en tu cuarto, pero conversasteis con todos por igual, algunos incluso habían presenciado el beso en el jardín, y preguntaban por el chico, pasaste un agradable rato hasta que...

- Hola, preciosa - escuchaste una irritante voz tras de ti, la cual conocías a la perfección -, ¿no pensabas saludarme?

Te intentó agarrar de la muñeca pero alguien se interpuso, tu amiga podía ser alocada, interesada, algo molesta de vez en cuando, pero siempre estaba allí cuando la necesitabas.

- Ni se te ocurra, pesado - amenazó Mei.

- Piérdete y no nos des la tabarra hoy - te antepusiste -, he visto a los de gerencias cerca del baño, corre con tus amiguitos.

- ¿Por qué tan fría, baby? - esa última palabra hizo que un escalofrío recorriera tu cuerpo.

- Porque das cringe, ¿no te escuchas cuando hablas? - respondiste.

- Vamos, Hii-chan - te dijo tu amiga mientras te tomaba suavemente de la mano.

- Y no me busques - dijiste siguiendo a tu amiga, mientras maldecías el haberte besuqueado con él en la fiesta de navidad, <<¿quizás es una advertencia del futuro frente al moreno? Nah>> pensabas a la vez que negabas con la cabeza -. Vamos, creo que te has ganado volver con Iida - a lo cual tu amiga tiró de ti con aún más ímpetu.



Final de Curso (+18) || Sero Hanta x OC || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora