Kimetsu no Yaiba (+18)

🌊🔥TANJIRO🔥🌊

POV ____

Después de tanta lucha los cazadores de demonios lograron darles a las futuras generaciones un mundo sin la plaga de monstruos come humanos.

A pasado mucho tiempo y ahora pude unirme a la persona que más amo en este mundo.

Tanjiro y yo vivíamos en una pequeña cabaña para los dos, a pesar de su tamaño era un sitio acogedor.

En estos momentos yo estaba en la cocina preparando la cena para mi marido y yo.

Tanjiro estaba haciéndole una visita a su hermana y a se Zenitsu a petición de ellos, también me abrían invitado pero en estos días me puse un poco enferma, nada grave pero no deseo enfermar a ninguno de los dos.

Mire por la ventana al cielo, este estaba un poco oscurecido y una brisa helada recorrió toda la estancia, rápidamente fui a cerrar la ventana.

Suspiré con cansancio mire la puerta con preocupación.

-espero que Tanjiro no tarde mucho- dije juntando las manos en una súplica.

Como si fuera magia o casualidad se escucho como abrían la puerta dejando pasar un poco se frío para después ser cerrada rápidamente.

Con una gran sonrisa me dirigí a la sala para recibir al pelirrojo.

-¡Bien venido amor!- dije dándole una sonrisa de ojos cerrados.

Tanjiro puso su haori y bufanda en el porta abrigos para después venir a abrazarme con calidez.

-¿Como estas?- pregunto en el abrazo.

-bien, las yerbas medicinales que me dio Aoi San funcionaron un poco- dije para tranquilidad de oji rojo.

-¿Y que te tenían que decir los chicos?- pregunte con curiosidad.

Por algún momento recibí un silencio por parte de el, lo cual me hizo preocupar un poco.

-¿Que? ¿Acaso paso algo malo?- pregunte con miedo a lo que el negó rápidamente.

-¡No!, No es eso-dijo mirando hacia abajo.

Me quedé viéndolo expectante a su respuesta.

-solo que... Nezuko al parecer esta en cinta- lo dicho me hizo parpadear con incredulidad.

Pensé no haber escuchado bien pero la mirada del pelirrojo no deba dudas.

-oohh vaya... Eso es una gran sorpresa- dije con una sonrisa.

Mire a Tanjiro, se veía algo sumido en sus pensamientos.

-¿Que pasa cariño? ¿Acaso no te gusta la noticia?- pregunte acercándome a el.

-no, ellos ya estan casados y tienen todo el derecho de formar su propia familia solo que...- dijo rascando su cuello.

Por un instante la mirada del pelirrojo se dirigió a las dos katanas que reposaban en la pared.

-me sorprende que ya allá pasado tanto tiempo desde esa día, eso todo- me miro con una pequeña sonrisa de nostalgia.