Capítulo 76 - Misterioso

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Capítulo 76

Augusto

"Misterioso"

El esquivo hijo de Dios me evita a toda costa. Me abraza por compromiso. Eddy no es el mismo de siempre. Su misteriosa actitud despierta mi curiosidad. En otros tiempos me hubiese sermoneado acerca del bien y el mal. Luego me hubiese abrazado, y con su estilo venerable, yo habría aceptado que, a nuestra manera, nos queremos.

¿Eddy cambió por algo que hice? Para mi propio asombro, que no fuese al juicio oral y púbico me dolió.

Durante mi ponencia lanzaba una mirada efímera a la concurrencia. Veía a mi padre, inmutable, recto, y a su lado, un desconocido. Ese insignificante detalle me molestaba, arruinaba mi ánimo, pero estoy acostumbrado a lidiar con los cambios del momento. Me reponía en el acto y continuaba haciendo lo que mejor se hacer, convencer a la gente y metérmela en el bolsillo.

Ahora no existen distancias y vacíos sin llenar. Eddy menea su refresco de cola, aburrido, desconectado. Está en la casa por obligación. En medio de una fiesta que no expresa su verdadero sentir, en la celebración de un acto inmoral, pudiera decirse.

-Hasta que te veo – Le digo con una sonrisa irónica, cargada de amargura y rencor.

-Felicidades por el éxito del juicio – A la frasecita le falta la respectiva mueca de alegría. "¿En qué andas, hermanito?", sopeso en silencio.

-¿De veras te contenta el resultado? No te vi jamás por esos lares. Incluso hoy, sigues sin estar entre nosotros – Quiero que me diga en la cara lo que le mortifica, que me grite, que se desquite, sí le calma, que me golpee.

-Estaba ocupado, Augusto. Conoces mi agenda, siempre estoy haciendo de todo – Evita mirarme y leo entre líneas que miente.

-La familia es la prioridad – Le digo, acentuando la palabra familia. Me altera que no reaccione como esperaba.

-Por eso estoy acá.

-¿Todo está bien? – Le pregunto suspicaz.

No me responde de inmediato. Sus labios quisieran traicionarlo. Lo piensa a conciencia y comenta, "Ahora es confuso decirlo. Trato de entender las señales del señor...seguramente lo estará en un futuro."

Quisiera cachetearlo para que reaccione. Edgardo Corona es una tumba bien sellada. Si en la actualidad lo perturba algún problema, no me lo contara.

No tarda ni un segundo en dejarme a solas con la intriga. ¿Tiene que ver conmigo su malestar? ¿Soy yo el causante de su ira? Al final termino solo entre un grupo de buenos contactos que no se conduelen de mí. 

ENTRE LA ESPADA Y LA PAREDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora