Capítulo 90 - El cuadro

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Capítulo 90

Augusto

"El cuadro"

La invitación de Eleazar al depósito de sus pertenencias guardadas es sospechosa. Tiene sumo cuidado al remover los objetos que rodean lo que sea que cubra esa manta. Se detiene en actitud solemne y me cuenta la razón de esta incursión en su territorio.

-No te lo quería mostrar. Había decidido que no lo verías. Luego me enteré de la muerte de Elena y cambié de parecer. Supongo que es lo que queda de ustedes, un feo cuadro – y lo destapa – Es tuyo.

Ese cuadro me remueve las emociones y destapa el manantial de lágrimas que no le muestro al mundo. Fue esa la imagen que me abrió las puertas de su alma y a través de ella describí sus sentimientos. Yo fui el mejor intérprete, le di el significado correcto. Elena y yo éramos ese cuadro enorme y difuso. Lo que para el mundo es invisible para mi es bastante evidente.

-¿Cómo lo obtuviste?

-Me lo regaló. Mejor dicho, quiso que tú lo vieras a través de mí. Al principio no me di cuenta. Me negué a colgarlo en nuestra sala. Con lo del juicio y mi viaje precipitado, simplemente lo envolví y lo confiné a este desván de cosas abandonadas.

-Yo lo quiero. Ese cuadro me pertenece – Ardo en deseo por llevármelo a casa.

-No puedes. Es un cuadro pintado por Elena Chang. El fantasma de la artista asiática paseando por tu sala de estar ¿Qué le dirías a Brenda? Lo voy a donar al museo. Es lo mejor.

Sí lo dona me estaría arrancando una extremidad. Eleazar no comprende la magnitud de lo que representa.

-Por favor, no lo hagas. Dame tiempo...

-Augusto, la policía colombiana esta comprada. No te involucraron en la investigación y eso es inaudito, tú trato con Elena en calidad de cliente te ataba al caso. Eras un sospechoso. Sí te doy este cuadro lo volverás a ser. Edgardo compartía con Elena un objetivo común, hacer el bien. Ella no era la mujer de un fabricante de drogas – Eleazar se quiebra, hace tiempo desea sacarse la espinita. Apoyarme es su mayor pecado.

-Yo no los maté, Eleazar – En el fondo, él me culpa, posiblemente me crea el promotor. No lo soy. Nunca hubiese arremetido contra ninguno de haber descubierto una relación amorosa entre ellos – El destino es cruel, está jugando con nosotros.

-La coincidencia es extrema ¿De verdad, ignorabas lo que estaba pasando entre tu hermano y Elena?

-Lo juro. No fui cercano a Eddy. Nunca me contó sus cosas. Perdió la confianza en mí el día que le sabotee la carrera de sacerdocio.

-¿Y sí él se acercó a ella para vengarse? – El abogado bueno tiene pensamientos malos. Quién lo diría.

-Mi hermano era incapaz de devolver el golpe, era un buen samaritano, un alma pura. Lo contrario a mí – Lo menos que puedo hacer es defenderlo entre las sombras. La mano firme del italiano está afuera de este depósito. Eleazar, mi mejor aliado, debe entender que las cosas no son lo que parecen, que Edgardo es una víctima de mis actos...Y Elena ¿Qué fue Elena?

Elena se entregó a mí para luego desaparecer con mi hermano menor... Ella si tenía una causa ¿Se estaría vengando de mí a través de Eddy?

...¿Cómo sacarle a un fantasma la confesión? ¿En quién te desahogabas, Elena? Y una imagen viene a mi mente.

¿Cómo sacarle a un fantasma la confesión? ¿En quién te desahogabas, Elena? Y una imagen viene a mi mente

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ENTRE LA ESPADA Y LA PAREDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora