Recuerdos

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Narra Allison

-Entra.- Me ordenó la chica rara. No tengo ni una menor idea de quién sea pero no me gustaría ser su amiga, es muy mandona.-Apúrate!

-Okay, okay-dije tomando la perilla de la puerta- pero lo haré porque YO quiero, no porque me lo ordenes- deje claro antes de entrar al cuarto.

-Se me olvidaba lo testaruda que eres-murmuró por lo bajo la chica, ¿me conocerá?.

La verdad no importaba, lo que importa es salir de este horrible lugar.

Al entrar al cuarto me encontré en una calle desierta, empecé a caminar cuando escuché a alguien llorar, el llanto daba dentro de un callejón así que me acerqué a él.

Dentro de este se encontraba una niña pequeña llorando. Nunca me han caído bien los niños, mucho menos los que lloran y hacen berrinches, pero esa niña me dio un poco de remordimiento. Cuando iba a acercarme otra niña pequeña entró al callejón.

-Hola, ¿porque estás llorando?- le preguntó a la niña rubia que estaba en el suelo.

-Unos niños rompieron mi espada- dijo la pequeña mientras le mostraba una rama rota. Que niña mas extraña, pensé.

-Oh, tal vez se podría arreglar- comentó la pequeña castaña mientras veía a los lados buscando algo.

-No, es inútil- sollozó la rubia.

La otra pequeña sacó una cosa redonda negra de su bolsillo, tomó la rama partida y enrolló la cosa redonda con esta.

-Listo!- exclamó sonriente llamando la atención de la rubia, quien al ver la rama dejo de llorar y sonrió inmensamente.

-Wow! ¿Como lo hiciste?- preguntó sorprendida mientras se para del suelo.

-Soy maga- susurró sonriendo- pero no le digas a nadie, bien- le dijo entregándole la rama. Que mentirosa, yo la vi sacar la liga y amarrar las partes de la rama.

-Soy Allison, pero puedes llamarme "Sir A"- dijo la rubia haciendo una pose rara mientras levantaba la rama y sonreía, note que la pequeña no tenía un diente de enfrente dejando ver una ventanilla que la hacía ver adorable.

-Madison, pero puedes decirme "La ultra requete gran maga Mads"- dijo sacando un pañuelo de su bolsillo haciendo salir más.

Carajo, de verdad era maga.

-Muy largo, te llamaré "Magi Mads"- comentó la rubia mientras las dos pequeñas empezaban a caminar fuera del callejón.

Al voltear. El callejón donde estaba se convirtió en una cocina. Ahí estaban las dos niñas pero se veían un poco más grandes. La rubia observaba a la castaña cortar fresas.

-Así la tienes que cortar- dijo mirando a la rubia la cual se veía un poco confundida.- ¿Entendiste?- preguntó poco segura.

-Sisi- afirmó rápidamente la rubia tomando el cuchillo.

-Bien...-dijo aún sin confianza de dejar a su amiga con el cuchillo.- Iré por harina para hacer la masa.- salió de la cocina.

La rubia al ver que se quedó sola empezó a cortar las fresas como se le dijo hasta que se escuchó gritar a alguien haciendo sobresaltar a la rubia.

-Mamá! Sabes donde están mis...- gritó un chico un poco más alto que la niña. El chico se detuvo al no ver a nadie en la cocina más que a las fresas cortadas en la mesa. Este se acercó y cuando iba a tomar una la pequeña rubia salió debajo de la mesa con el cuchillo en la mano mientras sonreía cínicamente asustando al chico.

Besos de ceniza II [Ziggy Berman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora