Son Goku: Lejos de Casa

Capítulo 2.

En un gran páramo desolado que brillaba por la escasez de vida y un calor abrasador, se encontraba un hombre tirado en el suelo. A su alrededor había grandes cráteres y destrozos, como si un ciclón hubiera acontecido hace poco. Aquel hombre era Son Goku el cual después de un largo entrenamiento sucumbió al cansancio. Lentamente se despertaba, notando el cansancio en sus ojos pesados y el dolor en sus músculos. Incorporándose de a poco se levantó y apreció el panorama, notando todo el desastre. Debía admitir que hace tiempo no entrenaba con tal intensidad. Caminó un momento para después sentarse en uno de los tantos escombros del lugar, y simplemente se quedó ahí. De un momento para otro se perdió en sus pensamientos, viejas memorias lo inundaron, donde se veía a sí mismo hace mucho y convivía con su familia, recordando el nacimiento de su primer hijo, sacándole una sonrisa.

No pasó mucho hasta que el recuerdo de su segundo hijo llegara, soltando una risita por ello, menudo niño más travieso. Momentos de paz y días más simples eran aquellos donde no había preocupación, y donde disfrutaba de lo cotidiano. Entrenar, ir a pescar con sus hijos, y momentos con su esposa. El Son tenía una vida sin preocupaciones. Pero todo eso quedó en el olvido aquel día cuando su mundo se vino abajo, donde todo para él se desmoronó, y lo peor de todo aquello fue que él tuvo la culpa.

Irritándose porque su mente parecía estar en su contra se puso de pie, ya dispuesto a volver a casa. Se elevó en el aire mirando con más perspectiva aquel páramo plagado de destrucción. Salió volando hacia el cielo a toda velocidad hasta salir de la atmosfera, mostrando que aquel lugar donde estaba era otro planeta y no la tierra. Viendo aquel planeta permaneció en silencio, para después mirar hacia el gran vacío del espacio. Colocó su dedo índice y anular en su frente sin despegar la vista del vacío estelar, y después desapareció por completó.

El Son apareció a pocos metros de su casa cerca de la calle, por suerte para él ya era de noche y no se veía nadie por el lugar. Caminó hasta su casa avanzando a paso lento, cuando hoyó que lo saludaban a lo cual este respondió, era un hombre de mediana edad el cual pasaba por ahí, por suerte esa persona no lo vio aparecer de repente sino tendría mucho que explicar. Una vez llegado a su hogar abrió la puerta y encendió la luz.

—Estoy en... —se detuvo antes de terminar, otra vez iba decir aquello y nadie le contestaría. Resopló y se adentró a su casa cerrando la puerta tras de él.

Fue directo a la ducha a bañarse por segunda vez en el día, y tras ello se vistió con la misma ropa que tenía antes de que se le ocurriera entrenar. Fue al comedor donde se sentó para prender la televisión y buscar algo que le entretuviera, no tenía mucho que hacer y más allá de conocidos en aquel pueblo no tenía a nadie con quien pasar el rato. Tras encender el Son vio la hora en la parte de abajo de la pantalla, notando de que ya son las 11:50 PM. ¿Había entrenado todo el día? Al parecer el tiempo en aquel planeta no era el mismo que en la tierra.

Decidió irse a dormir al no tener nada que hacer, talvez mañana salga y vaya a una de esas grandes ciudades, talvez ir a Nueva York pese a quedar un poco lejos, pero hace bastante que no iba. Apagó la tv y fue directo a su cuarto mientras se rascaba la cabeza. Ya en su habitación se desvistió y se puso un pijama sencillo, una camiseta blanca y su ropa interior. Se dejó caer en su cama y cerró los ojos. Tardó siete minutos en dormir entre voces y visiones.

Los primeros rayos del día despertaban a las personas de aquella pequeña ciudad quienes se desperezaban y se preparaban para un día de productividad, y trabajo. Este no era el caso de todos, y uno de ellos era Goku que se despertó tras oír el despertador que lo programó para que siempre suene en la primera hora del día. Con toda la pereza del mundo se levantó y arrastrando los pies y rascándose la pansa caminó al baño. Mientras se cepillaba los dientes tras hacer sus necesidades miró su cara, juraba haber visto fantasmas menos feos. Se limpió la cara y se echó agua para despertarse por completo.