ESQUIZOFRENIA [Momojirou]

D i e z

Kaminari me observó confundido, en sus ojos mostraba preocupación, por dicho ruido proveniente de mi habitacion.

Nos había asustado.

Sin decir nada nos levantamos de golpe y corrimos a mi habitacion.

Abrí la puerta con algo de fuerza. Al entrar vi a Momo en una esquina de la habitacion echa bolita, con sus manos en su cabello jalandolo con fuerza. Todo esto mientras valbuceaba cosas que no entendía.

En el suelo se encontraba una fotografia mia con mi hermano de pequeños. El vidrio que la cubría ahora estaba roto y esparcido por el suelo.

Sin más me acerqué a ella con cautela y me puse de rodilla para estar a su altura.

- Momo, mirame, por favor-. Intenté tomar sus manos pero ella me avento a un lado, se puso de pie y salió corriendo.

-Yo... será mejor que me valla- .Dijo Denki y yo asenti con la cabeza, mi respiración era agitada. -Ten cuidado, Jiro- . Añadió para después salir. Escuche la puerta principal cerrarse y decidí ir a buscar a Momo.

-¿Momo? - .Pregunté pero no hubo respuesta, mientras caminaba a la cocina escuche unas risitas.

Me asomé a esta y ahí estaba sentada. Recargada en la barra y con su oso en brazos.

-Momo, te estaba buscando- .Hable y ella volteó a verme mientras formaba una sonrisa. - ¿Me puedes decir que paso en mi habitacion?-.Pregunte, mientras me sentaba en el suelo frente a ella.

-Sólo dormia- dijo, sin dejar de sonreír.

-ajá, y ¿que paso con el cuadro?- .Pregunte.

-Lo... rompi- . Despues de eso soltó una pequeña risita observando a su oso.

Sus medicamentos ya los habia tomado en la mañana. Segun yo debía tomarlos en la tarde, ¡aún no se los había dado!.

-Espérame aquí, Momo- .Me levanté y corrí a mi habitación, tome las pastillas y regrese a la cocina extendiendoselos junto con un vaso de agua que había llenado.

-No quiero- .Hizo un puchero.

-Deses tomarlas, Momo, te daré una paleta después- .Ella me las quito de la mano y se tomó una por una, después me observó esperando su paleta.

-oh cierto- .Fui a mi habitacion y busque en mi cajón una, tenía demasiadas, solía comerlas en mi tiempo libre. Los vidrios estaban regados por el suelo.

Me di la vuelta teniendo el susto más grande de mi vida.

Momo estaba detrás mio, nisiquiera hizo ruido al entrar.

-¡Dios, Momo, me asustaste!- .exclame, ella río.

-¿Me la das?- .Pidió y le entregue la paleta. Ella la tomó y se sentó en mi cama, mientras abría su paleta.

Lo único que podía escuchar en esa habitación era la paleta chocar con los dientes de Momo, esta se veía tan tierna a excepción de la cicatriz que surcaba su mejilla en forma de una sonrisa torcida. No era tan fácil de notar, pero aún haci estaba ahí.

Sentándome a su lado podia verle mucho mejor.
Su cabello obscuro, largo, que caía más allá de sus hombros como cascada, y su fleco que le llegaba debajo de los hombros, necesitaba un pequeño corte de cabello.

Su mano izquierda sosteniendo su peluche y con la derecha girando la paleta por el interior de su boca. Esos hermosos ojos gris obscuros perdidos en algún lugar de la habitación, le daba un lindo aire de tranquilidad.

De forma inconsiente una de mis manos se posó en su cabello alborotandolo, acariciaba, según yo. De vez en cuando cerraba sus hermosos ojos dejándose llevar.

Al cabo de unos minutos la paleta de durazno que le había entregado, se disolvió en su boca.

-¿Tienes sueño?, Ya es tarde- .Levante mi mano para dejar de alborotar su cabello, esta tomo mi muñeca con fuerza y me miro de una forma penetrante.

-No quiero dormir- .No dije nada, estaba dispuesta a irme, le di una última caricia para levantarme. Pero ella de alguna forma evitaba que me fuese.

-Momo descansa, mañana debemos estar en el consultorio desde temprano- .Dije con paciencia.

-¡Te irás como todos los demás!- .De repente su voz se hizo más gruesa, su rostro se empezó a acercar con lentitud al mío de forma amenazante, un poco de distancia era lo único que evitaba el contacto entre nosotras. -Por favor. Te lo ruego, no me dejes tú también-

Y haci los pocos centimetros que existían entre nosotras desaparecieron.

Un simple rose basto para perderme, no podía aguantarme y me dejé llevar. Sus labios eran suaves y los toques delicados como si dudará por lo que estaba haciendo en ese momento.

Yo tenía los ojos abiertos y ella tenía los ojos cerrados con fuerza. Intentado separarme de ella tomó mis mejillas con ambas manos evitado que aquel contacto, desapareciera. Sus labios eras dulces, suaves, acompañado de un leve sabor a Durazno, la cicatriz que tenía entre su labio y mejilla la llegaba a sentir.

Lo más graciosos era que, Momo, no sabía besar, pero esa sensación me gustaba.

El aire nos empezaba a faltar dando como
consecuencia que nos separaramos. Era la única razón, de no habernos faltado el aire, seguramente seguiríamos en aquel beso.

Momo me miro y río. La mire confundida.
Al mirar hacia el espejo y notar mi reflejo entendía porque se reía de mi. Tenia mi labial esparcido al rededor de mis labios.

Volví a dirijir la mirada hacia ella, también tenía un poco de labial embarrado.

Ahora yo era la que se reía.

-¿Me limpias? - .Pidió y le jale su mano para que me siguiera al baño.