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Tristemente las experiencias dolorosas que más nos marcan siempre quedan algo abiertas.La herida que más cuesta sanar, siempre viene de quien dijo que nunca la iba a causar.

La mirada de Seonghwa sobre el, una mirada amarga, llena de odio, rencor, aquella mirada que Yeosang jamás quería tener sobre si mismo de aquel bello alfa que tanto amaba. Sentía que su corazón era tomado y exprimido con tanta rudeza, tanto que se había quedado sin aire ¿Que podía hacer? No estaba listo para recibir aquel doloroso odio sobre el, porque sabía que sería tan doloroso.

Se había metido con una persona que tenía muchos espacios vacíos difíciles de llenar, una persona que había perdido al amor de su vida y a su hijo una noche después, quedando solo en una enorme casa, llorando sin nadie para consolarle. Quizá Yeosang había tenido una vida dura, llena de heridas, llena de injusticia, sangre, llanto y dolor, quizá Yeosang no conocía el significado de amar a una persona de verdad, pues nadie le había enseñado, no tenía los padres que Seonghwa al menos tenía.

Pero todo lo que había hecho era suficiente. «Pasará que todo lo que investaste se hará realidad, tus secretos saldrán a la luz y nadie te va a querer». No debió robar a SagWa, no debió mentirle sobre la muerte de el hijo que buscaba por todas partes, no debió enamorarse, no debió involucrarse con Seonghwa,  no debió nacer Eikel ¿Se arrepentía? Yeosang tampoco sabía el significado de arrepentirse, porque tampoco le enseñaron la empatía, en bajar la cabeza y pedir perdón con el corazón.

Si solo hubiera entregado al bebé con su padre desde un principio nada malo hubiera pasado, esa mirada que le quitaba el alma no estuviera sobre él.

ーQuiero que te vayas de mi casa...

Negó. No lo haría, se acercó a Seonghwa para tratar de tomar sus manos y de alguna forma calmarlo para hablar, buscando no perder lo que ya se había perdido. Miro a las lágrimas caer sobre las mejillas de Seonghwa, rompiéndole el corazón en millones de pedazos, volvió a negar, volvió acercarse con la intención de limpiarlas y hacerlas desaparecer.

ー¡No me toques! --. Seonghwa retrocedió y gruño en respuesta. --. No quiero que me toques...

ーSeonghwa, por favor no... No te alejes... --. Yeosang sollozo. --. No te alejes...

Los brujos se mantuvieron cerca de Yeosang con sus maletas, observando la situación con mucha preocupación. HongJoong se dio vuelta mirando a Mingi, justo detrás de ellos, ambos unieron sus miradas llenas de culpa.

Seonghwa se sintió tan decepcionado, tan engañado por aquel chico que pensó que jamás  algo como eso pasaría, nunca le pasó por la mente que Yeosang pudiera destrozarlo de esa forma. 

Cuando vio llegar al omega a su casa con bolsas pesadas y un bebé en brazos creyó que solo se trataba de un pobre chico sin hogar, un chico que había salido a delante con su cachorro solo. Entonces lo dejo entrar, recordando las palabras que un día Hyumin y los refugiados que un día hospedó le dijeron.

ーNunca dejes de ayudar a los demás, a las personas que necesitan un techo y un pan para comer, Seonghwa se siempre humilde y solidario.

Pero se equivocó, nunca se llega a conocer del todo a una persona.

Le dio todas las comodidades a Yeosang en su mansión, le dio una educación. Pero poco a poco algo de aquella preciosa mirada lo atrajo y no solo se convirtió en su huésped, se convirtió en parte de su hogar, de su familia, de su corazón. Le contó todo lo que había pasado, todas sus tristezas y dolores, Yeosang se convirtió en su refugio donde su delicioso aroma a manzanas lo hacía relajarse y sentirse seguro.

Apesar de Yeosang saber lo mucho que el había sufrido por la pérdida de su ex pareja y su hijo, jamás tuvo la iniciativa de decirle la verdad si tenía un poco de empatía, pero erró ¿Como un brujo como Yeosang podía sentir empatía? No podía creer que había dejado entrar un criminal a su casa, no podía creer que se había involucrado con el secuestrador de su bebé. Creyó que era suficiente con que solo fuera un brujo, pero no

๑WARLOCK | SeongSangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora