VI

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—Tienen que mejorar su tiempo de reacción, imbéciles. —Regaño a ambos jóvenes mientras se quitaba su antifaz— El ser lentos puede costarle la vida a cientos de civiles y dejar que el maldito villano huya.

—Lo sentimos. —Dijeron al unísono agachando sus cabezas mientras eran regañados por el rubio al término de su turno.

—Mañana irás con FatGum, cabellos de mierda. —Dejó el antifaz sobre la mesa sin mirar a los estudiantes— Nos han pedido tu presencia para una misión. Ya se ha notificado a tu escuela y los permisos están firmados, te irás a primera hora.

— ¡Genial! ¿Qué tipo de misión es? ¿Habrá villanos a los que golpear? —Empuño sus manos con fuerza— ¡Estoy entusiasmado!

—No te emociones demasiado, idiota. —Peino su cabello hacia atrás— Estas representando no solo a tu escuela sino también a esta agencia y más te vale dejar una buena imagen sino quieres que te explote tu maldita cara de idiota.

— ¡Confía en mí, Dynamight! —Se señaló asi mismo, orgulloso— Seré de los mejores en esta misión.

—Uravity. —La chica brinco en su lugar— Mañana por la tarde nos dedicaremos a hacer patrullaje en la zona escolar de nivel básico. Hay rumores sobre tipos rondando por el lugar durante las horas de salida de las escuelas.

— ¡Si!

—Es todo por hoy. —Su mirada carmín recayó en la castaña por un segundo antes de cerrar los ojos— Un automóvil de la agencia los llevara a los dormitorios de Yuuei, asi que ya lárguense.

— ¡Gracias por cuidar de nosotros hoy! —Ambos estudiantes hicieron su respectiva reverencia a su superior para posteriormente salir de aquella sala, dejando solo al rubio que en cuanto la puerta se cerró detrás de la castaña, tomo asiento en la silla más cercana a dónde estaba parado.

Mierda.

Esa semana había sido de las más pesadas en su tiempo como héroe y no precisamente por la carga de trabajo que parecía haberse multiplicado, todo el caos se centraba en un par de ojos castaños y una sonrisa demasiado radiante. —Maldita niñata.

Todo comenzó en el momento en que el muy estúpidamente había aceptado comer lo que la chica llevaba para almorzar durante sus patrullajes. También estaba el hecho de que la chica demostrara mucha más determinación y fuerza durante las detenciones que hacían, dejando a más de uno sorprendido y a él satisfecho (También orgulloso pero ni mierda pensaba decir aquello).

O cuando se emocionaba demás y la estúpida castaña lo abrazaba con demasiada efusividad haciendo que se avergonzara y tuviera ganas de explotarle ahí mismo su redondo rostro. ¡Con un demonio, eran héroes no estúpidos adolescentes! (ella sí, se recordó).

Kacchako Week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora