CAPÍTULO 8 "HASTA QUE EL NÚMERO DE LOS JUSTOS ESTÉ COMPLETO"

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—Debo decir que ayer me sorprendiste más de lo que esperaba.

—Me alegra que me vida te resulte entretenida —gruñí.

D.J tomó el banquillo de metal y se sentó a lado de mí, había llegado hace un par de minutos.

—No es eso—se rascó la nuca.

—Como sea, solo quiero salir de aquí y regresar al trabajo, debemos encontrar a esa chica.

D.J echó la cabeza hacia atrás.

—Se llama Nina Olds, americana caucásica.

—¿Y sus padres?

—En América, tomando el primer vuelo a Budapest

—Carajo.

La KGB tendría toda la jurisdicción, pero D.J estaba aquí sin preocupación

—Hay demasiadas personas que están peinando todo el bosque y más, el jefe pidió que te escoltara a casa.

Le enarqué una ceja.

—No pretendes seguir esa orden ¿O sí?

D.J resopló.

—El jefe ha decidido que necesitas descansar... desde lo de Natasha no has tomado ni un solo día y luego esto.

—No lo necesito —gruñí.

—Pero tus...

Una enfermera interrumpió a D.J, entró a la habitación con una media sonrisa, a ella no la había visto.

—Señor Blake, ya puede ir a casa —comenzó a desconectar los cables unidos a mí, después se giró hacia D.J —requerirá que firme algunas cosas en recepción.

Dejé de escucharlos y comencé a incorporarme, mis cosas descansaban en el sillón de la habitación.

—Volveré enseguida —dijo D.J.

—Hum

Tomé mi maleta y me metí al baño para vestirme, sonreí al ver las cosas dentro de la bolsa, D.J me conocía bastante bien, dentro descansaba la ropa y había dejado intactas las armas. Terminé de vestirme y colocarme las fundas de las piernas y las sobaqueras, guardé mis armas, listo para regresar al campo y encontrar a esa chica.

Salí del baño y la habitación estaba oscura, me dio extrañeza, salí de la habitación, el pasillo estaba extrañamente en silencio, las puertas de otras habitaciones estaban cerradas y no se escuchaba algún otro sonido, comencé a caminar hacia recepción.

La luz se cortó, el pasillo quedó a oscuras repentinamente, las luces de emergencia surgieron, dos golpes sordos sonaron del otro lado, tomé mi arma enseguida y me escurrí hacia los sonidos de las descargas, escuchaba siseos y jadeos sofocados.

Viré hacia la izquierda asomándome lentamente, a lo lejos, el horror de aquella escena pudo haberme paralizado de no haber sido porque mi compañero estaba en peligro, D.J se encontraba tumbado boca arriba, sosteniéndose un costado y apuntando hacia arriba, me guie por esa dirección y mi cerebro simplemente no podía conectar tratando de buscar lo que era aquella cosa.

La enfermera de hace unos momentos se encontraba agazapada en el techo de recepción haciendo extraños movimientos y soltando gemidos, sus extremidades estaban chorreando sangre.

—Hija de perra —soltó D.J, tiró de nuevo dos cargas, estas dirigidas al pecho de aquella cosa, esta soltó un chillido, estiró su mano en forma de garra y se impulsó hacia D.J.

Le apunté a la cabeza y la cosa salió volando lejos en una pared, inerte, me aproximé hacia D.J rápidamente.

—¿Qué carajos fue eso?

DIGNA DE DIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora