"...la crueldad no es solamente el ejercicio malvado sobre el otro, sino que es también la indiferencia ante el sufrimiento del otro."
Silvia Bleichmar
—¿Cuánto tiempo han pasado los Helsing abajo? —pregunté a Ragna Baptista.
—Dos semanas, excelencia.
—Sería bueno bajar a visitarlos.
Ragna y yo bajamos a los calabozos, donde los rostros demacrados y compungidos de los Helsing hicieron meya en mi mente.
La investigación había sido exhaustiva, el resto de la familia no era culpable del delito de traición del hijo mayor, pero tampoco podía dejarlos seguir con nosotros.
—Su alteza—gimió Arzeus.
—Arzeus—su nombre se sentía ardiente mi boca—solo he venido a decirte que se llevará a cabo el juicio hoy.
Arzeus se arrodillo ante mí.
—Por favor, alteza, pido clemencia por mis hijos y mi esposa.
—Ya se llevará la sentencia pronto.
Salí tan pronto como pude de aquel lugar, sabía a la perfección que era despida con mis enemigos, su sangre corría por mis manos y no sentía culpa por ello, pero ahora, la familia Van Helsing quienes habían estado los Fiore por generaciones, debían pagar lo que había hecho el hijo mayor.
Había una sentencia más grande ahora, ¿el sacrificio de un pueblo entero por el amor de unos jóvenes?
Suspiré dejando de lado aquello por un momento, ahora era tiempo de emigrar hacia el gran principado de Smolensk.
—Debemos comenzar con las caravanas hacia Smolensk.
—¿Iremos a Smolensk?
—Las tierras allá están inexploradas, la civilización no ha llegado aún, podremos resguardar al pueblo en el viejo bosque, ningún humano se atrevería a cruzar hasta ahí para buscarnos—tomé la corona de mi padre, observándola con atención—Te encargarás de guiar la primera división junto con Calep, llevarán a todos los humanos que puedan, intenten pasar desapercibidos, será fácil en estas tierras, aun así tendrán cuidado, llevarán escolta, guiarán entre ellos a la familia real, estarán disfrazadas.
—¿Y usted?
—Me encargaré de borrar nuestro rastro por Lituania, y me encargaré de los Helsing, tu padre Jacob, se quedará conmigo—dejé la corona en la mesa—prepara todo, se marcharán al anochecer.
—Sí, su excelencia.
Ragna salió de aquella habitación en ruinas
Nos habíamos movido despacio por el ducado, el clan de Mackelicum tenía prohibido entrar a territorio enemigo, bastante se arriesgaron con cruzar el imperio de Cort como para enfrentarse a los otomanos.
Esta tarde sería mi coronación oficial, justo antes de partir hacia Smolensk, la nobleza y el pueblo estarían reunidos.
Miré por la pared deshecha en una improvisada ventana hacia los campamentos de los aldeanos.
Con siete años, una raza que procesar y nuevas obligaciones, mi mente solo tenía una idea, regresar a casa a como diera lugar
Había perdido toda esperanza cuando llegué a Cort, resistirme a todo a mi corta edad era desgastante, intenté un plan de huida que terminó en un indeleble Keyframe.
Las despistadas sirvientas dejaron el balcón abierto, y contra todo pronóstico me escurrí por este en el día, siendo menos propensa a que me encontrasen y pasando desapercibida entre la muchedumbre del mercado. En ese entonces me encontré con una anciana o, mejor dicho, ella me encontró dentro de un canasto de patatas podridas.
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DIGNA DE DIOS
VampirLos designios de dios siempre han sido cuestionados, tal parece que nadie es digno de él Violette es una antigua princesa guerrera que ha luchado contra lo que es, Maddox es un actual agente de investigación de Budapest, sus vidas se unirán por al...