Fue un día similar a hoy el día de la elección, un ambiente demasiado dulce y ¿falso?, de esos que te imploran tranquilidad pero de todas maneras te tensas al saber lo que viene.

Nuestra "reunión familiar" delató mi porvenir. Y que una cosa quede clara, juntar a mis padres, hermanos y yo...es exasperante y difícil. Solo nos reunimos en caso de celebración —de extrema importancia— y en alguna elección.

Mis padres viven en Suecia, siguen casados y muy enamorados. Ellos son Nicole Moreau y Gustave Blair; les contaría su historia, pero de seguro más adelante la conocerán. Como cualquier historia de amor promedio, tuvieron hijos. Mis hermanos se llaman Nathan y Leo, son gemelos y los menores —creanme, tener que aguantar a un hermanito es irritante, dos, ni se lo imaginan.— por último, quedo yo; Amelia Blair Moreau, hermana mayor, tengo 18 años.

Como les mencioné antes, un día como hoy fue mi elección. Las manos me sudaban del nerviosismo, el ambiente me gritaba que no había preocupación y me relajara; pero los "maravillosos" gemelos algo sabían, eran cómplices según supe más tarde. Por supuesto yo no tenía idea de nada, para mis hermanos todo era un juego de niños —y tienen 16 años —. Mis padres, por otro lado, siendo los mayores nunca tienen tiempo ni para visitas, y cuando lo tienen se inventan alguna excusa, lo que hizo mucho más intrigante ¡todo!. Tenían tiempo y estaban actuando como...¿padres normales? tratando de reconfortarme en todo, viendo películas familiares, preparando la comida y lo más extraño de todo: estando en casa.
Una voz interior me decía "Amelia deja el drama, ¡ya!". Y sí, debía dejarlo, sabía que ese día llegaría.

Intentaba de todas las formas posibles sacarle un poquitín de información a mis padres. —Nicole, deja el misterio. Es mi elección ¿no? ¿Ya escogieron mi color?— Le insistía por millonésima vez. Me miró divertida ¿Es enserio mamá? ¿Divertida?
Heeeey Lia, creía que tu curiosidad se había esfumado hace años, ¿Color? ¿De tu ropa o qué?— Me miraba desentendida, de verdad le salía creíble.
—Eres mala, madre.— Tuve que contener mi risa para parecer seria; una efímera carcajada de Nicole al escuchar "madre" no me ayudaba. Nicole tiene una política de maternidad bastante actual, tenemos la confianza de amigas y amor de madre e hija. Desde pequeña me inculcó que le llamara por su nombre, partiendo porque "mamá" la haría sentir vieja, ni hablar de "madre", eso definitivamente era un golpe bajo.
—Querida hija, ¿Tengo que repetirtelo una vez más? EXTRAÑABA A MI FAMILIA, NADA MÁS, NO HAY MISTERIO. Ahora a tu cuarto, señorita. Demasiadas preguntas por hoy, ve a hacer lo que especímenes como tú hacen.— Me dijo mientras se cruzaba de brazos y me observaba erguida, teniendo que mirarme hacia abajo. Otro detalle, Nicole es altísima, mide 1,86 m. Salí de su habitación incrédula y riendo, técnicamente indignada. Me dirigí al jardín, necesitaba pensar y procesar la información; aunque no me la hubieran verificado, sabía que así era.

Me senté bajo la sombra de un árbol con la mirada inmersa en el cielo, ah! el cielo, hermoso e imponente cielo. Mi elección estaba tan cerca, no la quería y los nervios me consumían. ¡El color de mi corazón se daría a conocer! Todos estos años estando en completa transparencia, mi alma pura y sin responsabilidades, tan cambiante como lo es un adolescente y ahora ¿qué? Me volvería un adulto por algo que se viene arrastrando hace años. "

  Es real. Debes aceptarlo." me gritaba esa vocecita interna que hace de todo, menos ayudarte. Tenía rabia, ya no sería tratada como persona común, ahora formaría parte de la élite; solo el hecho de recordar "Princesa Amelia" me causaba repugnancia. Y de un momento a otro, interrumpiendo cualquier pensamiento que tuviera sentí un olor penetrante, seguido de un sonido melifluo, jamás lo había escuchado antes, dudo olvidarlo y volverlo a escuchar en mi vida. Mis sentidos ya no respondían, el dolor era paralizante, invadía cada extremidad invitándome a dormir, a sumirme a un sueño profundo; mis músculos pesaban demasiado y me rendí. Y una última pregunta surgió antes de caer ¿Así era una elección?

Princesa del castillo azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora