~ 𝑴𝒊 𝒓𝒆𝒄𝒖𝒆𝒓𝒅𝒐 ~ |Katsudeku|

𝕌𝕟 𝕝𝕦𝕘𝕒𝕣 𝕝𝕝𝕒𝕞𝕒𝕕𝕠 "𝕙𝕠𝕘𝕒𝕣"

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Aunque nos separemos, volveremos a juntarnos. Estamos juntos desde siempre, porque tu eres mi hogar.

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Hacíamos todo juntos. Continuamos nuestros estudios de igual forma llegando así a los 17 años.

Siempre me sentaba detrás de ti, me gustaba como al levantar mi mirada tu eras lo primero que viera. Quería que así fuera siempre.

Quería que tu fueras la primera persona a quien viera al despertar, y la ultima al ir a dormir.

Recuerdo que siempre hacíamos nuestras actividades juntos, nos peleábamos siempre por el tema, por el color que usaríamos, por la forma en que recopilábamos la información.

Yo cogía mucho de todos lados para después resumir manchando un lugar y otro, Tu eras más organizado, solías leer mientras resumías y anotabas los puntos clave en una lista para redactar en tu libreta. Me regañabas siempre por mi mala organización ya que al final olvidaba de dónde había sacado la información y tardábamos tiempo buscándola de nuevo para citarla, cuando tu ya lo tenías casi todo.

Luego de mucho tiempo de discusiones por el color que resaltaría en los trabajos, decidimos que alternaríamos nuestros colores, un trabajo era en tonalidades de verde, al siguiente era en tonalidades naranja.

A veces los fines de semana nuestros amigos nos invitaban a salir o a una que otra fiesta, yo siempre aceptaba ir y tu te negabas. A veces me convencías de salir juntos a otro lugar y no con nuestros amigos, a veces de quedarnos juntos en casa, también sí hubieron veces en los que te convencía de salir con nuestros amigos o de que hiciéramos algo.

Yo era un "sí", tu eras un "no".

Pero hubieron veces en las que no logramos convencer al otro y terminaba en una pequeña pelea que resolveríamos al cabo de 5 minutos antes de irme con nuestros amigos y tu quedarte en casa. A veces me ponía ebrio y terminaba llamándote pidiéndote perdón por dejarte solo ese día y tu ibas a recogerme, me regañabas porque no tolero el alcohol y aún así me embriagaba cuando nos peleábamos, no importando si lo habíamos solucionado antes. Esos días me llevabas a tu casa y me cuidabas por la segura resaca que tendría al día siguiente por haber tomado solo dos vasos.

Nuestras madres nunca se opusieron a eso, confiaban mucho en que jamás me tocarías sin mi consentimiento o estando casi inconsciente. Yo también tenía la total confianza de eso.

Hacías todo para que me recuperara, y aunque siempre me cuidabas, esos días lo dabas todo por mi bienestar.

Sé que esa era tu forma de pedir perdón por la pequeña discusión, pero también veía como disfrutabas de tenerme en la cama de tu habitación, mientras subías con la comida que tu mismo preparabas para después alimentarme mientras recibía tus regaños, como si de un niño pequeño se tratase.

Veía el brillo en tus ojos, y el amor con el que hacías todo para mi. Sentía la delicadeza con la que me tocabas al acariciar mi cabello y mis mejillas, me recordabas lo mucho que me querías y me consentías demasiado. Te lo devolvía de igual modo, queriéndote y entregándote mi vida.

No voy a negarlo, amaba con locura estar así a tu lado.

Llevábamos toda la vida juntos, algunas personas nos preguntaban si no nos aburríamos de estar juntos ya sea en la escuela, nuestras salidas e incluso a veces estando en la casa del otro. Nosotros respondíamos que no, porque incluso estando juntos, hasta el silencio y lo aburrido solía ser acogedor y colorido.