Cambios

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A la mañana siguiente la familia Dupain-Cheng se encontraba tomando un delicioso desayuno y conversando entre ellos,  Marian, Canazor y Hiro ponían al tanto a sus padres y su hermana sobre la situación en la que estaba la familia Cheng en esos momentos y la razón por la cual sus abuelos decidieron que lo mejor era que ellos volvieran a París por tiempo indefinido.

—Te lo digo mamá los abuelos ya no son tan estrictos como antes— decía Mirian— puede que aun sean exigentes con sus enseñanzas, pero nos dan mas libertad que antes e incluso nos dejaron tener nuestras parejas sin oponerse, aunque claro los investigaron a fondo primero— al decir lo ultimo un silencio se propago por toda la casa, ya no se escuchaban las risas alegres y los utensilios con los que comían, Marinette y sus padres estaban en shock y Canazor y Hiro se palmearon la cara, Marian al darse cuenta se río nerviosamente — jejeje, ¿hable de mas verdad?

—Nooooooo, ¿tu crees?— el sarcasmo en la voz de Hiro era evidente.

—Dijimos que esperaríamos para decirles Marian— si bien la voz de Canazor era neutra, sus ojos reflejaban algo de reproche hacia su hermana.

—Perdón— murmuro la chica encogiéndose levemente.

—Ya que, lo hecho, hecho esta— concluyó Canazor mientras seguía desayunando y fueron sus palabras las que despertaron de su Shock a los tres petrificados.

—¡¿QUE USTEDES QUE?!— gritaron los tres juntos y fue un grito tan potente que se escucho a muchos kilómetros a la redonda

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En el edificio de al lado, mas específicamente en donde se hospedaban los guardaespaldas de los Dupain-Cheng, lo agentes tuvieron que cubrir sus oídos para evitar quedar sordos.

—Por amor a Buda, si que tienen buenos pulmones— dijo uno mientras trataba de quitarse el zumbido en sus oídos.

—Ya sabemos de quienes heredaron esos tres sus potentes gritos— dijo para si mismo el Jefe Yuu— como sea, muchachos sigan buscando, recuerden que los jóvenes quieren toda la información posible—ordeno

—¡Si Señor!
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—¿Cómo es que tienen pareja y no me dijeron?— reprocho Marinette mientras los apuntaba con un tenedor.

Estaba muy indignada, vale que se supone que debían mantener el menor contacto posible por su seguridad, pero noticias tan importantes debían compartirse con la familia.

—¿Quién es el tonto que se quiere robar a una de mis bebes?— pregunto con enojo Tom, para el sus niñitas aun eran muy jóvenes como para tener novio, aunque no le molestaba de sus hijos.

—Tom no seas mal educado— reprendió la señora Sabine— y espero que no estés siendo machista, que no me llegue yo a enterar de que solo a las niñas les prohíbes tener novio por ser mujeres y a tus hijos por ser hombres no ¿entendido?— cabe aclarar que la mirada que portada la matriarca de la casa era terrorífica y desprendía una frialdad que hacia que hasta un tempano de hielo fuera mas cálido a comparación.

—No, no, no cariño, ¿Cómo crees? jejejeje— como un sabio el señor Tom sabia cuando evitar la batalla que estaba seguro perdería, además tenia sentido de supervivencia.

Mientras los cuatro hermanos contemplaban la escena con sonrisas divertidas.

—Definitivamente mamá es muy parecida a la abuela cuando se enoja— les dijo Hiro mientras trataba de contener la risa.

—De tal palo, tal astilla— le siguió Canazor, de los cuatro era el que mejor se controlaba pero aun así se podía apreciar una leve sonrisa burlona en sus labios.

Eres mi nuevo sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora