Desperté por unas leves caricias que brindaban a mi brazo, abrí ligeramente los ojos, Jorge estaba recostado haciendo esas pequeñas caricias, con una leve sonrisa.
-Hola.- dijo casi en susurro, ampliando su sonrisa.
-Hola.- dije devolviéndole la sonrisa. Las caricias las comenzó a hacer en mi mejilla ahora. -¿Y a ti que te pico?- pregunté riendo levemente.
-Me gusta tu sonrisa. ¿Ya lo había dicho, no?- yo solo asentí.
-¿Qué hora es?- pregunté cambiando el tema, o me ruborizaría.
-Da igual.- dijo alzando los hombros.
-¿Y tu trabajo?- pregunté alzando una ceja.
-Es mi empresa, puedo ir cuando quiera.- dijo sonriendo. -Y hoy no quiero ir.- dijo acomodándose, para estar algo más cerca de mi.
Estuvimos recostados una hora, despiertos, mientras Jorge hacía comentarios graciosos.
-¿Y que quieres que hagamos hoy?- preguntó mientras sacudía su cabello aún húmedo por la ducha que se acababa de dar.
-No lo sé.. nunca hacemos nada.- dije haciendo una mueca, y riendo.
-Pues.. hagamos algo hoy, porque pronto tendrás una pansa gigante, y no podrás hacer nada.- yo solo lo fulminé con la mirada, y rio. -¿A dónde vamos?
-No lo sé.- dije riendo.-
-¿Te parece ir al cine? Y.. ¿después por un helado?- preguntó sentándose en la cama junto a mi.
-Sí.- dije sonriendo.
-Bien, vamos.- dijo tomando su chaqueta.
Subimos al auto, y estuvimos 10 minutos lejos de la ciudad, la casa estaba demasiado alejada.-¿Por qué vives tan lejos de la ciudad?- dije acomodándome en mi asiento.
-Para que no te fuera tan fácil escaparte.- dijo guiñándome un ojo, y regresando la vista al camino.
Finalmente llegamos, y antes de bajar, Jorge me tomó ligeramente la mano.
-Ya sabes, no intentes esc...-lo interrumpí.
-Sí si, no me escaparé.- dije sonriendo, el me devolvió la sonrisa.
Bajamos el auto, y entramos al cine, Jorge tomó mi mano, y la entrelazó con la suya, no me opuse se sentía.. bien.
-¿Cuál quieres ver?- preguntó.
-Alguna de.. terror.- dije sonriendo.
-¿La que sea?- preguntó alzando una ceja.
-La que sea.-
-Bien, ve a comprar palomitas, o lo que sea, yo voy por las entradas.- dijo sonriendo, y entregándome el dinero.
Fui por bebidas y palomitas, y pagué. Regresé a buscar a Jorge en la taquilla, y lo vi conversando muy "cómodo" con la chica de la taquilla, quien se recargaba en el pequeño escritorio, y jugaba con un mechón de cabello, y Jorge sonreía con esa sonrisa que encanta a cualquiera, sí, estaban coqueteando. Sentí, ¿celos? Sí, eso era, celos.
-Lo siento si interrumpo tu coqueteo.- le susurré a Jorge en el oído, haciendo que se sobresaltara.
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Todo Cambia En Un Minuto (jortini) Terminada
Romanceesta novela NO es mía es adaptada créditos a la autora.