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Mi nombre es Brianny, pero todos me dicen "Bri" tengo 20 años y soy adicta al sexo, amo los orgasmos, los penes, me encanta escuchar a los chicos gemir y adoro el sexo duro.

Para mi familia aún soy Virgen, aunque ya hace 2 años que deje de serlo, desde que entré a la universidad me mudé con Amber mi mejor amiga ¿saben que eso significa?, pues si no lo saben, significa poder estar con chicos cuando quiera.

Eso sí que me cuido muy bien por qué, aunque tengo 20 soy muy joven para tener hijo o alguna enfermedad.

****
-Bri vendrás con nosotras esta tarde al parque de atracciones, me pregunto Darla una de nuestras amigas de la universidad.

- No ya tengo planes, la próxima vez si iré.

-Siempre dices lo mismo.

TRES HORAS DESPUÉS...

Ahhh - gimo al sentir cómo mueve su lengua en mi vagina, esto es tan delicioso.

Introduce dos de sus dedos en mi interior y me masturba mientras me hace un oral.

Dios, Dios siento que me voy a correr.

-Quiero que te corras en mi boca nena- escucho como me lo pide con su voz ronca y eso hace que me excite más, luego de un par de embestidas más con su lengua y sus dedos me corro en su boca y veo como él se lame los labios y eso me pone muy caliente.

El me empuja hasta dejarme acostada en la cama y se termina de desvestir, cuando está desnudo en frente de mí se sube a la cama y abre mis piernas para colocarse en mí entrada y sin previo aviso me penetra, la dureza de su pene se sentía tan bien dentro de mí que los gemidos de placer y excitación no faltan.

-Oh nena estás tan húmeda.

Sus embestidas subían de nivel, hasta el punto en que la cama se movía debido a los movimientos.

-Ahhh si así, no te detengas- gemí.

El salió de mí unos minutos después y me pidió que me ponga de espalda, cuando lo hice me dio una nalgada para luego entrar en mí y penetrarme nuevamente.

****
-Nunca me voy a cansar de hacer esto contigo nena.

-Espero que nunca lo hagas, porque me encanta tu enorme pene.

- Jajaja siempre saltas con algo nuevo.

- ¿Qué opinas si lo hacemos de nuevo?

-De verdad nunca te cansas.

-Sabes que no- le digo con una sonrisa coqueta.

Pase mis manos por todo su torso y luego lo empecé a lamer, poco a poco iba bajando y cuando llegue hasta su pene lo tome con mi mano derecha y lo masajee de arriba abajo, la punta de su pene era de un rosado claro que cuando se venía se veía tan deliciosa, me llevé su pene a la boca y empecé a lamerlo como si fuera una paleta.

Pase mi lengua por la punta de su pene y él se estremeció, y aunque intentara entrarlo todo en mi boca era imposible solo me causaba arcadas, pero eso no me impedía seguir intentándolo.

Después de unos minutos él se corrió en mi boca y cuando tragué todo su semen con la punta de mi lengua limpié los restos que le quedaron en el pene.

El sólto una maldición cuando me vio hacer eso último.

Me levanté de donde estaba y me senté sobre él para poder cabalgarlo.

Adicta al sex0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora