Cɪɴᴄᴏ

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A pesar de haberle dicho que nos veríamos a las ocho, allí estaba JungKook, sentado en una de las butacas de la cocina, viéndome comer en un estado muy semejante al de un zombi a las seis con cuarenta y dos de la mañana.

Y ¿cómo no? Se burlaba de verme más para allá que para acá.

-Lu, de veras que ya no sé si llamarte vieja o pequeña ¿Mejor no quieres que te de la comida en la boca y así te ahorras el sacrificio?

¿Y qué hice?

Lanzarle la cuchara con la que me estaba sirviendo la jalea de fresa sobre el pan tostado. Como estaba más dormida que despierta, la cuchara apenas lo rozó.

-Pésima puntería la tuya, Lu.

-¿Acaso tengo yo la culpa de que hayas decidido aparecerte en mi casa a las seis de la mañana?

-Es que me comentaste que sueles ser muy remolona al despertar, por lo que decidí ayudarte con ello para tener más tiempo de prepararnos.

-JungKook-su mirada coincidió con la mía y enarcó una ceja cuando me vió colocándome de pie y dejando a medias mi desayuno-...vete a la mismísima mierda.

Él se echó a reír y yo le dí la espalda, tomando rumbo hacia mi habitación, completamente dispuesta a volver a dormir.

-¡Se te ve casi todo el culazo ese que tienes con esa pijama!

-¡Entonces ven y mámamelo si tanto te gusta lo que ves!

Seh. Cuando interrumpen mi sueño soy el ser más odioso e inconsciente del planeta.

Literalmente todo lo que suelto es veneno y lo mejor es que ni siquiera proceso lo que digo...y casi siempre me arrepiento luego.

Pero para mi suerte, JungKook sólo se reía y se empeñó tanto en despertarme, que en menos de una hora ya estábamos dando vueltas por el centro comercial.

Nos habíamos separado para buscar cada cual la ropa de gala que vestiríamos esa tarde, y para convencerlo de que me dejase pagar todos los gastos del día, tuve que quitarle su cartera y metérmela entre las tetas...y aunque sabía que él era muy capaz de meter su mano y toquetear hasta conseguir lo que quería, estando en público se vió obligado a rendirse.

Después que nos reunimos de nuevo, fuimos a por el regalo de TzuYu y su marido.

-Y...esta prima tuya ¿cómo es?-preguntó. Estábamos en una tienda de antigüedades, por lo que mi vista estaba yendo de aquí para allá-. Te veo muy entusiasmada buscando un regalo para ella y su novio, así que deduzco que es alguien importante para tí.

-Siempre la he considerado una amiga más. Después de YuQi y Ann, es mi mayor confidente-ya le había explicado el día anterior quiénes eran cada una de mis chicas favoritas (como suelo llamarlas), por lo que no había necesidad de aclarar-. Por eso es que no he pretendido huír como siempre suelo hacer en este tipo de eventos en mi familia. Mañana es un día importante para ella así que allí estaré, aunque tenga que hacer unos cuantos trucos para evitar ser linchada.

Él sabía a lo que me refería, por lo que rió junto a mí.

-Por el tipo de tienda en el que estamos, imagino que a tu prima le gustan mucho las antigüedades.

-Pues sí. Ella dice que es una puta moderna con alma de vieja porque además de lujuriosa y loca es historiadora y amante de todo lo que tenga que ver con lo antiguo.

-¿Qué tal si le llevas una enciclopedia?

-Meh. Tiene como quinientas.

-¿Algún busto?

༺Rᴇɴᴛᴇᴅ Bᴏʏғʀɪᴇɴᴅ ༻ °Jᴇᴏɴ Jᴜɴɢ Kᴏᴏᴋ °✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora