Sɪᴇᴛᴇ

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Muertos de la risa, llegamos a la habitación que se nos había asignado esa noche.

Varios de mis familiares no se podían creer que realmente "tuviera novio" así que tuvimos que mostrarles las fotos que habíamos tomado dentro del parque de diversiones y las que teníamos de fondo de pantalla cada uno, que era en la que nos besábamos, y ya con eso me dejaron tranquila.

Cuando cerramos la puerta de la habitación, dimos con una mini sala con una pequeña nevera y un pequeño bar separados por un arco de donde estaba la cama, el baño, un pequeño balcón y un armario.

JungKook se quitó el saco, dejándolo sobre el sofá, y fue a buscar algún trago con el que finalizar la noche y yo me cercioré de que hubiesen colocado la maleta con nuestras cosas, y sí, estaba justo a un lado de dicho armario.

Me senté en el sofá, a dos metros de espaldas al área donde estaba la cama, y comencé a quitarme los pendientes y los anillos, seguido de la diadema, colocándolos en la mesita de centro mientras JungKook regresaba con dos vasos de whiskey en sus manos y tomaba asiento a medio metro mío.

Dándome uno de los tragos, chocamos los vasos en un silencioso brindis y bebimos.

No era una mala manera de finalizar la noche.

-Bueno, mal no nos está yendo-comentó risueño-. Hasta tengo a una tía tuya dándome consejos de qué procesos tradicionales debo hacer con mi pene para que quedes embarazada en la noche de bodas.

La risa sacudió mi cuerpo al punto de soltar un par de lágrimas. Él estaba casi en las mismas.

-¿Te imaginas si de repente se enteran de que eres tatuador y también puede que tengas algún tatuaje?

-En primer lugar, me echarían a patadas de la familia y a tí junto conmigo-bufó entre risas-, y en segundo lugar, no tengo ningún tatuaje por ahora.

Mis ojos se abrieron con impresión y, dejando mi vaso sobre la mesa me senté mucho más cerca de él, y desabroché los primeros botones de su camisa, casi metiendo mi cabeza dentro de esta para verificar si lo que decía era cierto.

Y sí. El tipo estaba más limpio que toallita húmeda recién sacada del paquete.

Cuando volví a alzar la cabeza, me encontré con su ceja enarcada.

-Lo siento, pero debía comprobar eso con mis propios ojos-alcé mis hombros.

Sin embargo, luego lo miré con el entrecejo arrugado al sentir su mano alzar mi muslo y colocarlo sobre los suyos. Él daba suaves caricias y yo ya estaba muriendo internamente.

-¿Qué crees que haces?

-Ayudándote a quitarte los zapatos-su rostro seguía mostrando esa juguetona mueca y sólo me hizo tensarme más, sobre todo cuando sus dedos llegaron a mi tobillos y, como en efecto, comenzó a desabrochar el tacón, sacándolo y dejándolo a un lado sobre la alfombra. Dando un corto masaje a mi pie desnudo, procedió a hacer lo mismo con mi otra pierna-. Pero ya que hablamos de tatuajes...me dijiste que tenías uno-ese tonito seductor y ese recorrido de sus dedos desde mis muslos hasta mis tobillos, tenían fritas mis neuronas-¿Dónde lo tienes, Lu? Porque mira que te veo bastante descubierta y ni una señal de tinta en tu piel ¿será que tengo que comprobar yo también con mis propios ojos lo que me dices?

El otro zapato estaba fuera, y una de sus manos se encargó de distraerme acariciando la piel del muslo bajo el vestido en lo que me perdía en su mirada y su otra extremidad se escabullía tras mi espalda para soltar el broche de los tirantes, que de inmediato, debido a la posición, cayeron por mis hombros.

Mas llegué a reaccionar a tiempo y sujeté la tela contra mi pecho.

Pese a mi asombro por tal descaro de su parte, le sonreí con picardía y acerqué mi rostro al suyo.

༺Rᴇɴᴛᴇᴅ Bᴏʏғʀɪᴇɴᴅ ༻ °Jᴇᴏɴ Jᴜɴɢ Kᴏᴏᴋ °✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora