26.

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𝖄𝖎𝖇𝖔

Hacía menos de una hora que había anochecido, vi la puesta de Sol desde mi ventana y me pregunté si Zhan estaría bien. Él fue en lo único que pensé esos dos días que llevaba en aquella desconocida casa.

Solo había hablado con Zi Yi y con Cheng una vez que vino a visitarme a esa habitación la cual ni siquiera había abandonado. Ellos querían que descansara y me fortaleciera pero sin embargo no podía, simplemente me preocupaba más y tenía la necesidad de ir a hablar con Daniel Wu, con Jiacheng o con quién fuera para que me explicaran que sucedía.

Si quería conseguir eso, debía salir de allí. Si ellos no venían a mí, iría yo hacia ellos.

Me levanté de la repisa volviendo al interior del cuarto y cerré los cristales impidiendo que el viento entrara. Luego caminé hacia la puerta y la abrí dando a un pasillo largo iluminado por velas, supuse que los pasos que escuché antes debió ser algún vampiro encendiéndolas.

Mi amiga y Cheng me pidieron que no me fuera hasta que Daniel Wu me hiciera llamar, pero yo no tengo una eternidad entera como él para estar esperando. Quería respuestas ya y las obtendría aunque me costara mi humanidad.

Salí eligiendo el camino de la derecha, no sé porqué pero me dejé guiar por lo que mi corazón decía. Si era cierto que mi sangre es especial, ella sabrá adónde dirigirse.

Todo el lugar estaba desierto, no se oía ni a un alma, ni un mero insecto volador o animal rectador, tanto silencio me impresionaba. Cualquiera habría estado asustado pero no era mi caso. Mi pulso era estable y relajado, como si mi interior supiera que estaba a salvo y no me harían daño.

Si lo quisieran, ya lo habrían hecho. Oportunidades no les faltaron.

Continué siguiendo a mi corazonada y a medida que avanzaba estaba más y más ansioso. Mis pies buscaban permiso para cruzar la vivienda corriendo sin preocuparse por molestar a alguien.

Pasé por delante de una doble puerta cerrada y me detuve de golpe debido a una fuerte sensación de esperanza. Luego oí una voces inentendibles dentro, dos personas estaban discutiendo por un asunto.

Nada más empujarla con la mano un centímetro, ya fui capaz de comprenderlas y conocer el motivo de la discusión.

- Podemos por la franja norte - dijo Cheng.

- No, ese lugar es el que más defenderán - continuó una voz grave de señor.

- ¿Cómo estás tan seguro, padre?

¿Ese era Jiacheng?

- Saben que su lado más débil es el norte así que mandarán más soldados allí. Por eso debemos atacar por el sur.

- ¡¿El sur?! ¡Es donde está la mansión! ¡¿Qué pretendes?! ¡¿Llevarnos a la muerte?!

- Cálmate. Este es el plan que ideé con mi gran amigo antes de que lo mataran.

- El señor Hao nos cuidó desde el primer día que nos convertimos y sé que nunca haría esta tontería. No arriesgaría tantas vidas.

- Puedo asegurar que lo conozco mejor que tú, Cheng. El objetivo es destruirlos, pero también cuidar de los nuestros. Si no confías en mí, al menos confía en tu maestro.

La sala quedó en silencio justo cuando la puerta decidió chirriar y advertir de mi llegada. Miré sin más al interior sin miedo a ser visto, total ya sabían que estaba allí.

Alrededor de un escritorio a rebosar de papeles, dibujos y estadísticas estaban el hermano de Zhan, Jiacheng y otro vampiro que debía ser el Señor Wu, los tres me miraban como si ya supieran que iría. Quizás incluso me olieron pero no dijeron nada al estar tan concentrados en sus problemas.

𝐸𝐿 𝐶𝑂𝑁𝐷𝐸 𝑍𝐻𝐴𝑁 (𝒁𝑯𝑨𝑵𝒀𝑰) /FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora