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Esa tarde el sol estaba demasiado caliente (igual que la rubia cuando encontraba a su prometida en paños menores o simplemente estaba en sus pensamientos), tanto que al segundo de estar bajo él, quemaba mucho como el infierno, cabe decir que jamás había estado en el infierno, pero suponía que así se sentía.

La rubia estaba parada junto a otros adultos esperando la salida de sus hijos del colegio. La pequeña Linnie (después de un tiempo habían decidido registrarla así con ese nombre) estaba en la cangurera sobre el pecho de su madre mientras jugaba con una sonaja azul que Lisa hace poco le había comprado.

(Adjunto imagen de la cangurera)

Más tarde los niños comenzaron a salir de la escuela corriendo para encontrarse con sus padres o con quienes los recogían

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Más tarde los niños comenzaron a salir de la escuela corriendo para encontrarse con sus padres o con quienes los recogían. De pronto su mirada vio a un pequeñín de 7 años parado mirando a todos lados buscando a alguien con su mirada por doquier. Sonrió al haber encontrado a la persona. El pequeño Samuel corrió en dirección hacía su madre que lo esperaba junto a su hermana de 10 meses.

- Hola enano - La rubia le saludó abrazándolo como pudo - ¿Qué tal te fue? ¿Tenemos estrella hoy?

- Bien mami - Habló animado - ¡Sí! Tenemos Estrellita - se descubrió la frente dejando al aire la estrella dorada que adornaba el lugar.

- Felicidades campeón - Dijo la rubia quitando la mochila del pequeño. - Vamos. - Lo tomó de la mano y ambos caminaron hacía el coche que estaba estacionado a unos 15 pasos.

- ¿Iremos con mamá? - Preguntó sentándose en su asiento especial para niños de su edad.

- No Samuel. Nos iremos a la casa y mamá llegará allá porque iremos a comer gratis. - Colocó a la pequeña Linnie en su asiento para bebés. Cerró la puerta y se montó en el lado del conductor, se colocó el cinturón.

- ¿Gratis? - Frunciendo el ceño cuestionó. - Pero la comida no es gratis mami.

- Tienes razón, porque después la pagaremos. - Se quedaron en silencio - Eres inteligente por eso te ganas las estrellas. - El pequeño sonrió contento por el cumplido que la rubia le había hecho.

Veinte minutos más tarde, el auto se detenía en la casa Manoban Kim.

- Vamos pequeño - La rubia se bajó del auto para después bajar a sus hijos. Entraron a la gran y amplia casa - Vamos a que te cambies el uniforme y a que cambie el pañal de Linnie.

- Sí porque huele mal mi hermana - Hizo un gesto de desagrado mientras subían las escaleras. - Me iré a mi habitación para cambiar mi ropa mami.

- Cuando termines bajas. - Aunque bien sabía que tendría que ir y ofrecerle ayuda. El pequeño asintió antes de entrar a su habitación y cerrar la puerta.

La rubia por el contrario se encaminó a la habitación de la pequeña Linnie. La colocó en un mueble especial donde podía cambiar su pañal sin problema alguno.

Amigas Solamente II (JenLisa G!P) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora