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Hablar con Niki por mensaje era muchísimo más fácil de lo que parecía

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Hablar con Niki por mensaje era muchísimo más fácil de lo que parecía.

Luego de su pequeña plática con la bestia sobre lo que habló con el mayor, Sunghoon tenía la excusa para romper el hielo a través del chat más maravillosa de la historia -o al menos para él así era-.

¿Qué mejor que un 'Hola, soy Sunghoon, Sunchan me ha dicho que le preguntaste por mi y dijiste sobre una foto que él te mostró a escondidas de mi cabello'?

Nada, según Sunghoon.

Niki se había reído a mares a través de mayúsculas por el chat tras la breve explicación de Sunghoon sobre la verdadera razón de su cabello -que fue porque perdió una apuesta con Jay de quien se emborrachaba primero a puros chupitos-. Y cuando Sunghoon pensó que la conversación se cortaría allí, Niki le había contado que él se había teñido de morado anteriormente.

Y bueno, Sunghoon realmente hablaba hasta por los codos, le gustaba que lo escucharan cuando contaba cada anécdota y su vida parecía estar tan llena de mala suerte que no le faltaban historias para no dejar de hablar con el bonito rubio.

Y así se habían pasado alrededor de... ¿dos semanas? Sunghoon ya no estaba tomando la cuenta de los días, veía a Niki dos veces al día y hablaba por las noches sin parar con él y eso lo tenía en una nebulosa de felicidad que era tan notoria que su madre le miraba como un bicho raro a la hora de la cena.

Tampoco es que las insinuaciones hayan faltado cuando se veían la cara, Sunghoon siempre le decía a Niki lo bonito que se veía, tan directo y continuo que se relajaba al decirlo y ver las mejillas regordetas y rojizas de Niki aparecer tras una tímida sonrisa del más alto al escuchar eso. Le gustaba tocarlo, esos pequeños roces de mano que aparecían cuando Niki dejaba sus manos encima del mostrador o cargaba a Sungchan y se lo pasaba a Sunghoon.

El pelinegro siempre encontraba la oportunidad de tocarle aunque fuese un poco, logrando que Niki siempre se estremeciese nervioso ante eso y le sacara una risa al menor. Y Sunghoon se sentía extraño, jamás había tenido la necesidad de tocar tanto a alguien como la tenía con Niki, de permanecer cerca de él, sentirlo, admirarlo de cerca, jugar con su caliente piel contra la suya y aspirar ese aroma varonil que últimamente le traía loco.

No quería aceptarlo todavía. Sentía que su atracción a Niki estaba yendo tan rápido y no sabía como pararla, pero muy en el fondo tampoco quería pararla, solamente estaba el pensamiento de que todo podría salir bastante mal si las cosas no resultaban y Sunghoon ya se había acostumbrado demasiado a la masita adorable que era Niki en su vida que se volvería una fea monotonía sin el castaño alegrándola.

Le envió un mensaje al rubio de que estaba llegando al jardín infantil y acomodó su bufanda que rodeaba su cuello, el día estaba muy helado, tanto que a pesar de ser tarde había escarcha en los árboles y ventanas de las tiendas. Tiró de la fría manija de la puerta, soltando un gemido cuando sintió el tibio aire dentro del jardín a comparación de los poquísimos grados que habían afuera.

Kindergarten Boy - SungkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora