Valentina

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-Pasa querida, bienvenida.

-Gracias, señora Hutcherson

-Dime Michelle.

-Oh, gracias.

Me quedé al lado de la puerta, sólo saboreando el recuerdo de miles de tardes en mi segunda casa de la infancia hasta que me vi interrumpida por Claudia que pasó a mí lado hecha una tromba chocándome el brazo.

Josh llegó instantes después con tres cajas de regalos.

Parecía un poco triste, por lo que tomé una caja y lo ayudé a llevarlos a su pieza.

-¿Pasó algo con Claudia? -fui al grano.

-Em- musitó-en realidad no importa,  no te preocupes.

-Dime Josh, sabes que siempre puedes decirme todo.

Él suspiró largamente y tomó asiento en su cama. Me senté luego que él, no muy lejos.

-Peleamos. No sé que le pasa. Últimamente está... irritada. Todo lo que hago le molesta, y pese a ésto está todo el día sobre mí, controlándome.

-Eso debe ser... difícil.

-Ya lo creo. Estaba bajando cuándo me dijo que si ésto era una reunión privada por qué invitaba a todo el mundo. Entonces yo le pregunté a quién se refería con todo el mundo. Y ella me gritó diciendo que no entendía nada y que era un idiota, y se fue corriendo. Me quedé pasmado. Nunca fue así.

Me quedé muda. Él parecía realmente afligido. ¿De verdad le importaba tanto?

-Creo que quiero dejarla - musitó.

Creo que mi boca se abrió del asombro. No esperaba eso. ¿Qué actitud debería adoptar? ¿Prevalecería el consejo de amiga? No debería meditarlo tanto, Josh estaba esperando mi consejo.

-Si debes hacerlo, hazlo.

Josh torció el gesto, serio y luego echó a reír, contagiándome.

-Creo que había olvidado que eres un desastre para dar consejos.

Puse los brazos alrededor de mi cintura en actitud defensiva.

-Ey, al menos lo intenté.

-De todos modos haré lo que dijiste.

-¿De verdad?

-Si. Ya no la amo, creo que lo sabía hace bastante, pero no podía aceptarlo.

-Suerte, entonces.

-Gracias. La necesitaré.

Quince minutos después nos sentamos todos en una gran mesa en la sala. Claudia comía en silencio en una esquina mirando a Josh de reojo, con enojo contenido.

Yo me dedicaba a reírme de todas las bromas que hacía mi amigo sobre su familia. En un arrebato de risa lo escupí de gaseosa  y Él  prometió devolvérmelo cuánto antes.

Terminamos de comer y la sobremesa fue amena, aunque Josh y Claudia salieron al patio a "tomar aire ". Cuándo Josh la invitó afuera ella aceptó con coquetería y lo tomó de la mano. No sin antes dedicarme una mirada de supremacía absoluta y divina.  Le sonreí cómo respuesta.  Ya veríamos luego.

Estaba dándole un sorbo a mi café cuándo Claudia pasó llorando y corriendo a mi lado.

Luego entró Josh dulcemente, cómo si no supiera ni tuviera nada que ver.

-Ese café huele genial.

-¿Qué pasó bebé? -le dijo Michelle husmeando.

-¿Con qué, mamá?

-No te hagas el...

-Terminamos. No quiero hablar de eso... ¿Me pasas la mermelada?

La mamá de Josh quedó estupefacta.

-Claro cariño, aquí tienes.

***

Me senté a esperar a Valentina en la terminal de autobús mientras chequeaba los mails de esta semana. El trabajo y Josh consumían más tiempo del esperado.

"Jenn, lamento no poder verte ésta semana. Estoy cubriendo una historia ..."

"Jenn, te llamé y no contestaste,  sólo quería saber cómo estabas... "

"Jenn... ¿crees que podrías llamarme? Tengo algo imp..."

-Jenny ¡cariño!

-¡Valentina!

-Oh, estás preciosa.

La abracé fuerte y ella también a mí.

-Sigues oliendo a canela, Tina.

-No cambié mi perfume si eso es lo que preguntas.

Me reí y la tomé de los hombros.

-Oh Dios, estás gigante. ¿Cuándo fue la última vez que nos vimos?

-No me hables cómo si fuera una niña... Fue cuando tenía quince... hace cuatro años.

Volví a abrazarla y una disimulada lágrima resbaló por mi mejilla.

-¿Qué es de tu vida? Cuentame todo- dijo sacudiéndome con energía.

-¿No prefieres llegar a casa? Nos espera un chocolate caliente.

-Oh si, estoy cansada. ¿Vamos en taxi?

-No, Josh me trajo.

-Mmm, me huele a romance Jenny.

-¡Valentina!  Tengo novio.

-Seguro es un idiota comparado con Josh.

Miré hacia otro lado evitando responderle.

-Oh,  aguarda. ¿Él no estaba con Celina?

-Claudia.

-Si,  esa zorra. Siempre la odié.

Yo me reí más fuerte de lo normal y un par de personas voltearon a mirarme.

-Cortaron- le susurré en el oído.

-¿Qué? ¿Cuándo? ¿Por qué? Yo sabía que había algo entre ustedes, picarona.

-Somos amigos.

-Si, claro. En casa quiero toda la data.

-Ajam, mira ese es el auto.  Compórtate y por el amor de Dios no hagas ningún Comentario.

Ella esbozó una sonrisa macabra. -Claro primita.

Te quiero cerca (JOSHIFER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora