Conexión

Capítulo 4: Liam

Jueves - 11:00 P.M.

Hoy tuve un día horrible, en este momento estoy en el hospital, y no, no es por mí que estoy aquí, hoy sucedieron una serie de cosas que me llevaron a estar aquí. Supongo que no deben comprender nada. Voy a tratar de explicarles paso a paso lo que sucedió. Comenzó siendo un día como los demás, mi rutina diaria comenzó siendo exactamente la misma de todos los días. Me desperté sintiéndome un poco triste, di varias vueltas en la cama hasta que me levante, me vestí, desayune, fui a la escuela, fui a clases, donde nuevamente no aprendí nada interesante y estuve con Nicky en el almuerzo.

Como ya me desperté sintiéndome triste, pensé en hacer algo con ella para distraerme, le pregunté si quería hacer algo después de la escuela, me dijo que no porque había quedado con sus amigas. Eso me puso de malhumor, no es que me moleste que salga con sus amigas, pero a veces siento que Nicky nunca se da cuenta nada de lo que me pasa, es como si no lo notara o, incluso, como si ni siquiera le importara. No lo sé, tal vez sea mi culpa, yo tampoco soy demasiado comunicativo con ella.

Trate de que no me importara, lo deje pasar, pero seguía con la idea de distraerme así que hable con mis amigos, les pregunte si querían hacer algo en la tarde. Ellos aceptaron, a la tarde nos fuimos por ahí. Comenzamos a caminar, ellos iban gritando y golpeándose entre ellos en la calle. Yo solo los observaba, a veces no puedo creer lo idiotas que son, todo el tiempo están comparándose, hablan cosas estúpidas como “quien la tiene mas grande o con cuantas chicas estuvieron”, muchas veces no le encuentro sentido a las cosas que hablan, aunque para ellos lo deben tener. Y no es que me crea mas maduro o mejor que ellos, simplemente no termino de encajar, nunca encajo. De vez en cuanto trataba de reírme o de disimular que estaba en su onda para que no me pregunten nada, porque si de algo aprendí estos años es que de cosas serias con ellos no se puede hablar.

Llegamos a un campito en el que se encontraban unos chicos jugando futbol. Cuando los vimos, Dylan, uno de mis amigos, nos dijo de acercarnos para jugar con ellos, a todos les pareció una buena idea, menos a mí. No es que sean anti, pero conozco a mis amigos, nunca son amistosos, ni mucho menos honesto, son tramposos, no saben lo que es tener un juego justo, solo quieren ganar y no les importa cómo. Yo sabia que esa iba a ser una muy mala idea, sabe que todo iba a terminar mal, pero no tan mal como termino, pero como siempre, solo me callo y hago lo que todos quieren, suspire profundo y fuimos hacia donde estaban ellos. Cuando nos íbamos acercando yo rezaba, le rogaba a dios que algo sucediera, lo que sea, con tal de que eso no sucediera e incluso tire un par ideas para hacer otras cosas para que cambiaran de opinión. Obviamente no funciono.

Los chicos que estaban jugando parecían muy agradables, no tuvieron problemas de que jugáramos con ellos, por lo contrario, les gustaban la idea de ser más, ellos eran solo dos y por supuesto el futbol es más entretenido cuando juegan más que solo dos y nosotros éramos seis. Comenzamos a jugar, yo seguía rogando porque no pasara nada malo, pero parece que Dios no me escucha. Como ya lo había predicho, mis amigos comenzaron a jugar sucio, muy sucio, comenzaron a empujar, golpear, insultar, yo solo observaba y sentía vergüenza ajena, quería desaparecer. Los chicos comenzaron a enojarse, y con mucha razón, pero a mis amigos, como buenos sin vergüenzas que son, empezaron a provocarlos y a burlarse de ellos. Yo seguía sin ser parte de la escena, no sabia realmente como involucrarme en eso.

Uno de los chicos se enojó mucho al punto de hacerle frente a uno de mis amigos, el otro chico que estaba con el trataba de tranquilizarlo, pero no pudo. Todo se estaba volviendo demasiado violento, yo me estaba desesperando así que decidí intervenir, me puse en el medio, les dije a mis amigos que se detuvieran, que ya era demasiado y que ya era hora de irnos. Ellos me miraron, le sostuve la mirada con autoridad para que comprendieran que hablaba en serio, uno de ellos me cuestiono de que lado estaba, yo solo les dije que no quería problemas y que ya se estaba haciendo tarde. Dylan se me acerco lentamente sin dejar de mirarme y muy tranquilo me dijo “hazte a un lado”, le dije que no, y en cuestión de segundos ya estaba tirado en el piso.

Los chicos, al ver la impotencia que sentían mis amigos, comenzaron a correr y, por supuesto atrás corrieron mis amigos, yo fui atrás de ellos. Los dos chicos se separan y fueron por diferentes lados, mis amigos también se separaron para perseguir a ambos, y yo como era uno solo, y ligiamente no puedo dividirme, fui para el lado del chico con el que ellos habían discutido en un principio, supuse que era el que más peligro corría, el chico se escondió, y mis amigos, sin darse cuenta, siguieron corriendo cuando yo pase el salió del escondite y me llamo. Cuando me acerque a él no me salió otra cosa que perderle disculpas en nombre de mis amigos. El me dijo que no importaba y me agradeció por defenderlo.

Inmediatamente se acordó de su amigo y lo fuimos a buscar. Lo buscamos por un tiempo, no queríamos llamarlo a su teléfono por miedo a que se este escondiendo y el sonido lo delatara. En un momento escuche las voces de mis otros amigos que se habían ido tras de él, nos escondimos, ellos pasaron caminando tranquilos y riéndose, llegue a escuchar algo así como “con esto va a aprender la lección” yo pensé por dentro “¡ay no!”. Fuimos parala dirección por donde venían ellos y allí estaba, tirado en el piso, inconsciente, golpeado e, incluso, sangrando. Así que acá estamos, es el hospital. por suerte se encuentra bien, ya despertó y no tiene ninguna secuela grave, pero de verdad nos asustamos.
Su amigo se puso a llorar conmigo, se sentía culpable por haber peleado con ellos en vez de hacerle caso a su amigo y retirarse, “si lo hubiera escuchado todo esto no hubiera pasado” repetía todo el tiempo, yo traté de consolarlo como pude, luego llego su familia a quienes le tuvimos que explicar lo que sucedió, fue toda una verdadera mierda. Pero, por suerte ya termino, por suerte él se encuentre bien y por suerte esto me ayudo a abrir los ojos, me hizo ver que de verdad no pertenezco a este grupo, no quiero ser parte de todo esto, no soy como ellos ni tampoco me interesa serlo.

En la espera hable bastante con este chico, trate de hacerle preguntas para distraerlo y que no pensara en lo que sucedió ni en la culpa que sentía. Me conto muchas cosas, como que tenían un par de amigos más con quienes compartían una pasión por el arte, me conto que todos los viernes y sábado se juntaban en un galpón abandonado e improvisaban cosas. Me pareció genial así que le pregunte si no tenía problema de que vaya, aunque sea para ver, me dijo que no tenia problema y que incluso le encantaría que yo vaya, “nosotros podemos ser tus amigos ahora, y somos más geniales que esos idiotas” me dijo en un momento, yo me sonreír y le dije que eso sonaba increíble. Después de tanto hablar me di cuenta que jamás le pregunté el nombre de el y de su amigo, “mi nombre es Louis, podes decirme Lou, y el pobre desafortunado que este todo roto se llama Max.