La sensación de que me vigilan es latente, estoy sentada leyendo tratando de alejarme de todo aquello que me atormenta en los últimos días, se que debería estar alerta pero en este punto he decidido ignorar todo y continuar con mi lectura, después de una hora sentada en el bosque leyendo, decido retomar el camino a casa pues ya era tarde y debía volver a aquella ruidosa vida a la cual tenía que sobrevivir.
Al llegar tome un baño para poderme relajarme e intentar dormir pues los últimos días lograr conciliar el sueño es un reto agregado a la lista, ya dentro de mi cama decido liberar un poco aquellos escenarios trágicos, pero al cabo de un par de minutos y darme cuenta que la noche seria larga, decidí ir a la cocina por un vaso de leche y algunos aperitivos para así continuar con una pequeña investigación, la cual ha sido muy difícil y tediosa ya que para poder saber cada detalle tengo que visitar algunos lugares que para algunas personas es demasiado espeluznante, se que estos lugares rayan un poco la realidad, pero si deseo lograr mi cometido tengo que hacer lo que esté en mis manos para que sea posible, desde que inicie mi investigación he perdido aquel miedo racional a estos lugares a excepción del último incidente en uno de esos lugares, incidente el cual es merecedor de mi insomnio, en aquel lugar tenía depositada demasiada confianza pues apuntaba a ser el lugar que resolvería la mayoría de mis dudas, pero lo único que logré obtener de ese lugar es aquella sensación que logra petrificar mis huesos, aquella sensación de ser vigilada y seguida constantemente.
Un ruido estruendoso que proviene de la cocina me hace levantarme de golpe de la silla en la cual me encontraba, se que en toda película de terror que he criticado lo primero que el protagonista hace es ir al lugar del ruido sin ningún arma de protección y por supuesto en esta ocasión yo no seré la excepción, es así como tomo camino a la cocina de la manera más cautelosa posible, al llegar hago la pregunta menos racional para este momento.
- ¿Hay alguien hay? - pregunte con voz temblorosa a causa de la incertidumbre. Lo único que logró escuchar es un tierno maullido de mi gato.
- Miau- observo a aquella bola de pelos acercarse a mí de manera elegante y paciente, cómo si nada.
- ¡Por dios! Me haz logrado asustar Cal- le digo a aquel gato dueño de mi corazón mientras lo levanto para llevarlo junto conmigo a mi cuarto y mantenerlo vigilado y tener su compañía en esta noche.
Ya en mi cuarto sentada de nuevo me percató que en mi agenda hay algunas páginas rasgadas y borradas demasiar información que había recolectado en las últimas semanas.
-¡No lo puedo creer!- digo junto con un suspiro de frustración.- ¡Estaba acercándome al fin a tener alguna información clara!- estando en medio de una crisis nerviosa decidí tratar de reescribir la poca información que recordaba, pero todo esto fue en vano y caí en un profundo sueño sobre mi agenda y los rastros de lo que en algún momento fueron las páginas protagonistas de mi investigación.
Cuando despierto lo hago de manera estrepitosa y un poco cansada por los acontecimientos que ocurrieron en la noche, aún sin procesar muy bien lo sucedido decido ir a tomar un baño, prepararme para salir y buscar a quizás la única persona que no se ha distanciado de mi después de aquella trágica noche. Aquella persona además de no haberse alejado de mi, me ha ayudado constantemente en mi investigación.
Ya en camino al restaurante en el que habíamos pactado encontrarnos, vuelvo a sentir esa sensación terrorífica para mí, me siento observada y seguida, arrinconada y sin escapatoria, la frecuencia en la que he sentido esto últimamente me ha llevado a pensar si es hora de ir a terapia, aunque la idea de esto me mortifica, pues estoy cansada de ser señalada como la loca del pueblo. Descartando está idea me centro en el tramo que me falta por recorrer para llegar al restaurante.
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Lo que se oculta en el más allá
Mystery / Thriller...no esto no puede ser verdad... cálmate todo estará bien... ¿do-donde estoy?... pa-¡papa!... esto debe parar aquí y ahora, cuesto lo que cueste... ¡todo tiene un precio y el que tu tienes que pagar por esto es la muerte!