Llevaba dos días esperando a que Félix despertara, pues los médicos no habían logrado despertarlo y lo tenían en coma inducido, la única información que tenía era que había recibido un fuerte golpe en su nuca y que el día que lo encontré lo más probable era que estuviera dos días inconsciente, es decir que Félix no abre sus ojos desde hace cuatro días.
Esto me preocupa de sobre manera pues las cartas, las fotos y el contenido de los mensajes me inquietan de manera increíble, aun mas después que fui anoche a arreglar la casa de Félix para no levantar sospechas, esto lo hice también con la esperanza de encontrar alguna pista pero no fue satisfactorio el resultado.
- ¡Familiares del señor Félix Graham!- grito una enfermera preocupada
- ¡Aquí!-dije presa de los nervios.
-El señor aún no está estable, no sabemos que le sucedió, así que lo mantendremos bajo supervisión, por el momento necesitaremos un donante de sangre para él, pues debemos tomar precauciones, ya que es posible que se le realice una cirugía.
- Entiendo, buscare a algún donante- dije decidida
- Recuerde que debe ser de preferencia algún familiar directo con el señor Félix, pues será más fácil realizar las pruebas de compatibilidad sanguínea-me dijo la enfermera con cara apesadumbrada, pues Félix vivía en el pueblo hace unos años solo debido a que sus padres murieron en un crucero vacacional y su único hermano había abandonado el pueblo hace una década.
-Hare mi mayor esfuerzo- le dije a la enfermera
La enfermera se retiró y mientras yo me encontraba estática pensando que hacer e acerco el oficial de policía de nuestro pueblo a realizarme algunas preguntas de protocolo por lo sucedido.
Al terminar mi interrogación salí del hospital más triste que nunca, ya que sentía que no podría ayudar a Félix. Presa de la desesperación tome rumbo a la gran ciudad pues era donde vivía el hermano de Félix.
Al llegar busque un pequeño hostal en el cual quedarme esa noche y así iniciar en la mañana siguiente la búsqueda de Christopher. Me encontraba nerviosa pues no lo veía desde que él tenía 20 años y yo 18, cuando él se fue no pude despedirme apropiadamente, pues su decisión fue repentina.
Ya en la mañana me desperté desde temprano y salí con el propósito más importante del día, encontrar a aquel amigo de infancia, primero pase por una pequeña cafetería para comprarme un poco de café en modo desayuno. Pase horas caminando por las concurridas vías de la ciudad, entrando a cada oficina inmobiliaria preguntando por Chris, con resultados para nada positivos, ya exhausta entre a un pequeño gastro-bar del centro de la ciudad para comer y tomar algo para tratar de relajarme un poco.
Al entrar al gastro-bar me deje cautivar por el ambiente rustico y tranquilo, tomando asiento en una mesa con una vista espectacular a la ciudad tome mi orden, una porción de pizza y una jarra de cerveza, mientras esperaba la llegada de mi orden decidí comenzar a garabatear en mi agenda hipótesis de lo que le pudo suceder a Félix, para mi desdicha ninguna de mis hipótesis tenían un sustento razonable. En medio de mis pensamientos escuche a alguien preguntándome.- ¿Puedo sentarme?- yo sin prestar demasiada atención asentí sin levantar la mirada de la agenda.
Cuando finalmente llego mi orden fue cuando levante mi vista y vi a aquel hombre alto, de piel trigueña y mirada tranquila, aquel que en su debido momento robo mis suspiros, observe a Christopher algo atónita pues no esperaba encontrarlo de esa manera.
-¿Seguirás viéndome como si fuera un espejismo pequeña amapola?- me dio de la manera más tranquila posible en él y con un toque de burla
-¡No me llames así, Christopher, hace muchos años perdiste el derecho de hacerlo!- le dije con un toque de amargura.
-Perdón Alina, creí que aun podía hacerlo- dijo arrepentido, cambiando de tema decidió preguntarme el motivo que me traía a la ciudad, pues él sabía que estar en la ciudad no era de mi agrado.- ¿Qué te trajo a esta selva de concreto Alina?-
No sabía por dónde empezar a contarle, pues él no sabe nada de lo sucedido, no sabe de la muerte de Mayer y por ende tampoco de su investigación ni de la mía y mucho menos sabe el estado en el que esta Félix, sin haber razonado lo suficiente solté la bomba sin evaluar las consecuencias.
- Vine a buscarte, Félix te necesita- dije apresuradamente por lo cual el me miro extrañado.
- Me aleje de aquel pueblo para no recordar a mis padres, y no saber nada de él, creo que así es la mejor manera- me dijo de manera directa y fría, intentando levantarse para irse.
-Espera un momento Christopher, lo que te voy a decir es importante, escúchame, si no deseas hacerlo por Félix hazlo por el cariño que en algún momento me tuviste- le dije viéndolo a los ojos mientras sujetaba su brazo.
- Te daré cinco minutos Alina, así que por favor empieza- me dijo volviéndose a sentar apropiadamente.
- Félix tuvo un accidente hace unos días Christopher, se encuentra en coma inducido con la probabilidad de que entre a quirófano, el hospital necesita un donante de sangre con relación directa para tener precauciones, pues no se sabe exactamente lo que le sucedió, ese es el motivo por el cual me encuentro en este lugar- le dije de manera pacífica con ápices de preocupación y esperanza a que se quedara.
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Lo que se oculta en el más allá
Mystery / Thriller...no esto no puede ser verdad... cálmate todo estará bien... ¿do-donde estoy?... pa-¡papa!... esto debe parar aquí y ahora, cuesto lo que cueste... ¡todo tiene un precio y el que tu tienes que pagar por esto es la muerte!