III

4 0 0
                                    

-No puedo más con esta situación, me estoy volviendo loco, ya no podemos hacer nada, te lo ruego, te lo suplico deja esta investigación aquí, ahora sabemos que lo que le sucedió al señor Mayer no fue nada normal, no quiero que te pase lo mismo- Me decía Félix angustiado y harto de esta situación.

-Por eso mismo debemos continuar Félix, porque sabemos que lo que le paso no es nada normal, es algo fuera de nuestro conocimiento, tenemos que investigarlo- le decía con la esperanza de que cambiará de opinión

-No lo sé, esto es incoherente, no voy a participar más en esta investigación, sin embargo, tienes todo mi apoyo y si necesitas ayuda, sabes dónde encontrarme, cuando me recupere volveré a estar a tu lado, lo único que te pido es que te cuides y seas precavida – Me dijo abrazándome para empezar su caminata hasta su casa.

No he sabido nada de él desde aquel día, no sé si está bien o mal, así que hoy he decidido irlo a visitar, ya en el carro lista para arrancar, miro por el retrovisor y hay una sobra, me le quede un rato mirándole, hasta que sin más desapareció, quede atónita, pero como siempre decidí dejarlo pasar.

Cuando al fin llegue a la casa de Félix toque el timbre esperando que saliera a abrirme, pero no fue así, pasaron cinco minutos, 15 minutos y 20 minutos y el nada que salía, decidí marcarle a su celular para ver si estaba en casa, cuando sonó, me di cuenta que el celular estaba dentro de casa, pero lo que me sorprendió es que no contestara a mi llamado.

-¿Está buscando Al joven Félix?- pregunto un vecino que caminaba por la acera.

-Sí señor, ¿no lo ha visto?- pregunte un poco angustiada por la respuesta.

-No señorita, no ha salido desde hace semana y media, ninguno de los vecinos sabe el porque, el chico hace unos días cuando llego, llego cabizbajo y algo nervioso, miraba para todos lados, algunos vecinos pensamos que estaba drogado, incluso yo, es más, salí para preguntarle si estaba bien y me respondió que había alguien detrás de él, que lo venía siguiendo hace rato, preocupado le respondí que no había nadie, él se giró buscando a alguien con la mirada, pero al parecer no encontró lo que buscaba o a quien buscaba, susurro algo que no entendí y solo se dirigía a su casa pidiéndome disculpas y entrando a la casa, desde ese día hasta hoy no hemos sabido nada de él.

Lastimosamente esa no era la respuesta que esperaba, los nervios incrementaron en mí, ¿el también vio a la figura?, ¿estará bien?, ¿Qué le sucedió?, empezaban a crearse en mi mente miles de preguntas. En medio de todo eso recordé que yo tenía una copia de las llaves de la casa de Félix, rápidamente busque en mi auto la llaves encontrándolas con éxito, después de esto me dirigí a la puerta e inserte la llave abriendo exitosamente la puerta, rápidamente entro buscando a Félix, revisando en la sala, el sótano y la cocina sin éxito, decido subir al segundo piso con la esperanza de encontrarlo sano y salvo, al primer lugar que entro es a su estudio, pues es allí donde el gasta la mayoría de su tiempo, al entrar al estudio me encuentro con un montón de cartas esparcidas en el suelo y escritorio de manera caótica, todas abiertas y arrugadas, todas contenían mensajes cortos hechos con recortes de periódicos y revistas, fotos, fotos que para mi sorpresa eran mías y eso me asusto aún más de lo que me encontraba.

El contenido de las cartas me dejaron perpleja pues decían: "sigue con la investigación", "no te alejes de Alina y asume las consecuencias", "te advertí de que no jugaras con algo que no podrías manejar", entre otros mensajes un tanto extraños para los eventos que venían sucediendo, después de unos minutos de disertación la preocupación por Félix volvió a mí, como un huracán salvaje dispuesto a destruir todo lo que había alrededor. Mi instinto me advirtió, me decía que debía empezar a dudar de Félix, pues su desesperación por que abandonara la investigación y el hecho de que supiera lo que me sucedía, no era normal.

Al entrar a su cuarto me encuentro con una escena digna de pertenecer a una película Guillermo del Toro pues todo era un desastre, sus muebles están rotos, su ropa lucia llena de barro y lo que a mi parecer era sangre y un Félix débil en una esquina al punto de estar inconsciente.

Al ver a Félix en ese estado corrí hacia él, olvidándome completamente de las dudas que habían empezado a crecer en torno a él, como pude lo levante en mi regazo, quitándole el cabello de su cara, empecé a hablarle con la esperanza de que me respondiera pero al parecer no tendría una respuesta pronto.

Entonces comencé a pesar que hacer, sabía que llamar a la policía o a una ambulancia era involucrar a aquellos que no les importaba en lo más mínimo mi investigación, la muerte de Mayer y que nos sucedía a Félix o a mí.

Reuniendo todas las fuerzas que tenía lleve a Félix a la ducha, lo limpie lo mejor posible, le cambie su ropa sin importarme nada, y con la esperanza de no perderlo, lo lleve a mi auto, no sin antes dejando bien cerrada su casa para que nadie pudiera ver lo que había sucedido allí.

Al salir me encontré de nuevo a su vecino, el cual al ver mi cara de preocupación se acercó a mi preguntándome – ¿Sucedió algo grave?

-No realmente, encontré a Félix inconsciente y voy de camino al hospital para que lo atiendan- Dije aquella mentira con la esperanza de que me creyera-

-¿Y la ambulancia?- me pregunto un poco extrañado-

-No la llame, en medio del nerviosismo lo único que puedo hacer es llevarlo por mi cuenta, además no puedo dejar mi auto acá- le dije de la manera más confiada viendo que me creía.

-Siendo así deberías irte y rápido, no tepreocupes por la casa yo vigilare si veo algo extraño- me dijo de maneratranquilizante.

Lo que se oculta en el más alláDonde viven las historias. Descúbrelo ahora