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—¿Está bien así? —Yugyeom levantó la vista de la pantalla de su celular luego de hacer la transferencia, buscando la mirada de Jackson, quien seguía mirando fijamente la suya, comprobando que la suma de dinero acordada se hubiera transferido correctamente a su cuenta.

—Hm… —asintió finalmente, comprobando el pago— Aún falta el papeleo legal pero eso podemos hacerlo la semana que viene, por ahora, ya el sitio es tuyo.

Acompañó esa última oración con una enorme sonrisa a la vez que sacaba las llaves de su bolsillo y se las extendía al menor, con un gesto solemne y severo que se le hizo ligeramente risible a ambos.

—Te hago entrega oficial de este lugar, cuídalo mucho. —Tomó la mano que Yugyeom no tenía vendaba y puso el llavero sobre su palma, cerrando luego sus dedos sobre éste, tomándose un par de segundos en eso.

—Te prometo que lo voy a cuidar. Es un lugar importante para ti, pero ahora también lo es para mí. —Yugyeom apretó las llaves y sonrió, sintiendo una irreal felicidad al tener finalmente aquel sitio, como si, por primera vez, estuviera haciendo algo bien. Algo correcto.

—Más te vale —Jackson le revolvió los cabellos antes de darle una palmada en el hombro. Todavía tenía una sonrisa dulce en su rostro cuando miró hacia afuera, notando a los dos mayores sentados en una de las mesas exteriores del café—. Por cierto, ¿aclaraste las cosas con Mark? —preguntó, cambiando de tema—. Ya compraste el café, ¿significa eso que todo está listo para comenzar con tu nueva vida?

—Bueno —Yugyeom también miró hacia afuera, aun sujetando las llaves en su mano sana—, digamos que es un trabajo en ejecución. Todavía necesito aclarar algunas cosas, pero necesitaba esto primero —agitó las llaves en su mano, haciendo que su tintineo explicara lo que quería decir—, de lo contrario solo sería más de lo mismo. Más promesas vacías que Mark no me iba a creer.

—Tienes un punto ahí. Pensaste bien las cosas esta vez.

—Eso espero…

Ambos se quedaron mirando hacia la mesa donde Mark y Jaebeom conversaban en calma. La vista de Jaebeom seguía fija en algún punto del vacío mientras escuchaba a Mark, con sus manos cruzadas sobre la mesa. Parecían estar teniendo una charla seria, sin embargo, los menores miraban la escena como si hubiera flores alrededor de los dos oficiales, ambos conscientes de que estaban viviendo los últimos momentos antes de darle un brusco cambio a sus vidas.

—Bien… —Jackson se metió las manos en los bolsillos después de esa breve pausa, dejando que el tono de su voz denotara sus deseos de dar aquel asunto por concluido— Entonces te dejo para que hables con Mark y vayas poniendo tus cosas en orden.

—Sí… —Yugyeom dejó salir un suspiro breve y nervioso, avanzando hacia la entrada del café— Gracias por todo, hyung.

—No hay de que —Jackson se detuvo para estrechar su mano—, solo recuerda siempre lo que me prometiste.

—Dalo por hecho.

Sus últimas palabras fueron escuchadas por los dos mayores, quienes notaron su presencia desde que salieron del interior de café. A pesar de haber estado conversando, ambos habían estado más que pendientes de lo que fuera que estuvieran haciendo allí adentro. El semblante de ambos denotaba curiosidad y seriedad, una que casi rozaba los celos pues, para ellos, seguía siendo casi absurdo el hecho de que Yugyeom y Jackson se conocieran con tanta familiaridad.

—¿Ya terminaron? —inquirió Jaebeom, reclinándose en su asiento.

—Sí, ya podemos irnos —Jackson se acercó, tomándolo por el brazo para hacer que se levantara—, Yugyeom y Mark tienen cosas que hablar.

『Opium』✓↬JackBeom↫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora