INTRODUCCIÓN

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Nuestros mundos son crueles, uno peor que el otro.

La sed de poder te ciega. No puedes dominar a nadie, son las decisiones que tomas los que deciden quién serás.

Las almas se corrompen con el tiempo, es inevitable. Cuando no hay justicia, buscas la manera de encontrarla, no importa cómo. Deseas con toda el alma aquello que clamas a gritos, y al no tenerlo, planeas tu venganza.

En la oscuridad encontré mi luz. Fuimos una sola alma, la intensidad del amor que nos profesamos fue nuestra redención, un goce bajo la penumbra.

En tu mirada encontré paz, la tranquilidad y el equilibrio que imaginaba. Te sostendré en mis brazos en la tormenta de tu vida. Confía en mí, aprendí a no tener piedad, a proteger a los que más amaba; este ser cruel puede amar.

En mi mundo, lo tendrás todo.

No tengas piedad de nadie; destruye, antes que lo hagan contigo.

Sin justicia, sin remordimientos.

Sin piedad.




***




—¡Manos en la cabeza! ¡Víktor Lebedev, está arrestado por matar al jefe de policía de la capital de Madrid!

Sonrío. Su demanda poco me importa, está metiéndose en terreno peligroso.

—¿Tiene pruebas, oficial? —Giro con una sonrisa plasmada en mi rostro.

—¡Las tenemos! ¡Las manos a la cabeza o disparo!

«Sé que quieres hacerlo cabrón.»

—Inténtalo, sé que no hay pruebas —Ignoro sus demandas y observo con molestia los autos que se alejan—. Escapen, los encontraré.

«Ese maldito hizo que mis presas huyeran.»

Abro la puerta de mi auto y ellos han disparado. Han hecho un feo hoyito a mi auto.

—¡Ruso Negro!

—Estás muerto —mascullo bajo.

Los miré, a su compañero le temblaba la mano y miraba de reojo a su colega. No tenía el valor de disparar otra vez. No existen evidencias para inculparme.

Ha logrado fastidiarme, conozco sus pretensiones. Acabaré contigo si sigues así.

—Sabrás quien es el Ruso Negro, pobre imbécil.

Un Lebedev no amenaza en vano.




***



Año 1999

Corro detrás de mi hermano, no logro alcanzarlo, me grita que no me detenga, pero mis pies ya no dan más. El callejón parece interminable, lo veo de reojo maniobrar con algo en las manos, escucho más disparos detrás de nosotros.

«¿Dónde están mis padres? ¿Dónde está mi hermana?»

Algo choca contra mi pierna y me hace caer. Consigo un rapón en la rodilla, mi mentón arde. Lloro, me duele demasiado.

SIN PIEDAD © |RESUBIENDO| |+21|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora